Asimismo, el medio añade la opinión de Priit Khybemyagi, de la Universidad de Tallín, en Estonia, quien señala que el oso pretende "cambiar la imagen de Rusia en la mente de los niños, de negativo a positivo".
La respuesta más irónica a esta publicación del rotativo británico llegó de parte de la Embajada rusa en Londres, que tuiteó: "The Times ha tocado hoy un tema importante: ¿Cómo encontrar una salvación contra "Masha y el Oso"? ¿Establecer un Centro anti dibujos animados en algún país del Báltico? Lo que está claro es que se necesita una respuesta decidida y muy costosa para contrarrestarlo".
Por otro lado, y paralelamente en la misma semana, varios senadores estadounidenses expresaron su 'preocupación' ante la posibilidad de que el mayor general de la Policía rusa Alexánder Prokopchuk pudiera dirigir Interpol e instaron a votar en contra de su candidatura. Se trató de una "intromisión" directa, que además ha tenido resultado esperado: Prokopchuk perdió la votación.
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Y es que el objetivo de esta "intromisión" pareció bien evidente: mantener a Rusia lo más aislada posible en la escena internacional, en esta ocasión en el sector de la cooperación policial. Lo ocurrido va perfectamente en línea con lo que está haciendo Occidente en otras áreas y ocasiones, como por ejemplo el caso Skripal.