"Cuando voy a las universidades de Europa, están llenas de gente joven que quieren preguntar y entender: se nota que hay una conexión entre lo que está pasando en Cataluña y el malestar con relación al funcionamiento de la democracia en Europa", afirma Puigdemont en una entrevista concedida a la revista El Temps publicada este semana.
"Hay un interés social por lo que tiene que decir la crisis catalana sobre el futuro de Europa", añade.
En la entrevista, Puigdemont también revela que hubo "espacios políticos" en algunos Estados que "han comenzado a interlocutar", aunque "no sea oficial ni públicamente".
"Les interesa saber lo que está ocurriendo y quieren que se lo expliquemos", dice Puigdemont al agregar que "esto pasa y se llevó con mucha discreción", y precisa que se trata de "gobiernos, sino de espacios políticos, de representantes".
El exmandatario se congratula "porque vinimos a reivindicarnos y a reclamar nuestro derecho a ser escuchados, y a decirle a Europa que no es aceptable que muestre desinterés".
En la entrevista asevera asimismo que por su "experiencia", "una cosa es el discurso público y otra la realidad" y cita como ejemplo "expertos académicos que en un debate público sostuvieron la idea de que Cataluña no formaría parte de la Unión Europea y en privado me expresaron la idea contraria: que Cataluña formaría parte de la Unión Europea".
Además, Carles Puigdemont no descarta llegar a pactar la celebración de un referéndum de autodeterminación con las autoridades españolas.
"El referéndum acordado es el único que podría sustituir el referéndum válido del 1 de octubre", asegura en una entrevista concedida al semanario El Temps y publicada en su edición digital.
Con todo, matiza que "el referéndum se hizo, se ganó y tuvo unos efectos políticos, y eso no se ha revertido".
Sin embargo, "si el Estado propone un referéndum acordado, creo que lo tenemos que hacer porque es la vía prioritaria que pedimos nosotros".
"Pero es el único que puede sustituir al 1 de octubre, ningún otro", subraya.
El exmandatario explica que "hubo muchos países que consiguieron el reconocimiento internacional sin haber hecho un referéndum, por desgracia, porque la vía prioritaria es esta [el referéndum acordado]".
Puigdemont considera "infantil" considerar que el referendo "es la única" vía posible para conseguir el reconocimiento de Cataluña como Estado independiente y recuerda que "la decisión de Kosovo acredita ante el mundo que no hay ningún elemento internacional contrario a una declaración unilateral de independencia".
Para el político catalán, "siempre hay opciones y nunca renunciamos a ellas: dicho de otro modo, ¿cuando el Estado español responda con una negativa al referéndum que le pueda proponer la mediación internacional regresaremos a nuestras casas? Es evidente que no".
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"Me parece que uno de los errores que cometimos es debilitarnos a nosotros mismos ante nuestro adversario explicando muchas cosas", opina Puigdemont al precisar que "diciendo que no hemos de renunciar a nada creo que lo decimos todo".
"Insisto: nosotros no podemos renunciar a nada, solamente a la violencia", apostilla Puigdemont.
El expresidente catalán se trasladó a Bélgica en octubre de 2017, días después de que el Parlamento de Cataluña aprobase la declaración de independencia el 27 de octubre, con el fin de eludir la acción de la Justicia española, que poco después reclamó su extradición por supuestos delitos de rebelión y malversación de fondos relacionados con la organización del referéndum unilateral de autodeterminación del 1 de octubre de 2017.