"La declaración de independencia se jugó casi a una moneda de cara y cruz", afirma, y por eso "cayó la declaración de independencia como podría haber caído la otra cara de la moneda y haberse declarado elecciones autonómicas".
"Veinticuatro horas antes el Gobierno estuvo a punto de convocar unas elecciones autonómicas", pero "no tuvo suficientes apoyos internos ni acuerdo para convocar elecciones", por lo que el Ejecutivo de Carles Puigdemont "pasó a la declaración de independencia".
Debido a que "antes incluso de la suspensión de la declaración por parte del Tribunal Constitucional, tampoco la Generalitat ni ninguna institución catalana dio ningún paso en la efectividad de esa declaración", esta "quedó como una declaración formal que no tuvo posterior implementación" y que, una vez suspendida por el Constitucional "no tiene ningún valor jurídico", aunque sí "un valor simbólico".
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"Ni los partidos independentistas ni el Gobierno independentista de Cataluña desarrollaron nunca ningún aspecto de esa declaración en que se formalizase la independencia de Cataluña", explica el diputado en el Parlamento de Cataluña.
"Lo único que tuvo preparación y voluntad popular fue la jornada del 1-O el gobierno hizo un esfuerzo de coordinación para que esa jornada fuese un éxito, pero salió adelante especialmente al impulso popular y las organizaciones ciudadanas".