"Los ministros Gonzalo Blumel (Secretaría General de la Presidencia), Felipe Larraín (Hacienda) y Nicolás Monckeberg (Trabajo) ingresan proyecto de reforma a las pensiones en la Cámara de Diputados", informó el Ministerio Secretaría General de la Presidencia a través de su cuenta de Twitter.
Ministros @gblumel @felipelarrain y @nmonckeberg ingresan proyecto de Reforma a las Pensiones a la @CamaraDiputados pic.twitter.com/4o0FyCrkyM
— Ministerio Secretaría General de la Presidencia (@Segpres) November 6, 2018
Como una "mega reforma" ha calificado el presidente de Chile, Sebastián Piñera, el proyecto de ley enviado al Congreso, y que pretende subir hasta 40% las pensiones.
El principal rechazo a este sistema son las bajas pensiones que reciben los jubilados, en comparación con las altas ganancias que reciben las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas que lucran con la capitalización individual de los trabajadores.
El sistema de AFP fue creado durante el modelo económico de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) en los años 80, y obliga a todos los trabajadores de Chile a entregar el 10% de su sueldo para que sea administrad por una AFP.
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La reforma que propone Piñera, si bien no modifica el sistema privado de pensiones, si pretende aumentar los montos recibidos por los jubilados, con cuatro modificaciones importantes que significará un gasto de 3.500 millones de dólares anuales al fisco.
Pilares de la reforma
El primer cambio importante que propone esta reforma es el aumento del ahorro previsional de los trabajadores de 10 a 14% del sueldo, pero este aumento deberá ser financiado por los empleadores como un aporte para la jubilación de su empleado.
Otro alcance importante de este mismo cambio es que los trabajadores podrán elegir quién administrará este 4%, pudiendo ser una AFP o cualquier institución financiera.
La segunda modificación importante es el seguro de dependencia, que será un seguro del 0,2% del sueldo del trabajador financiado por su empleador que estará destinado a cubrir las pensiones de los trabajadores que no son autovalentes, como los empleados con discapacidades severas.
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El tercer cambio sustancial será el aumento de la pensión solidaria, que es el aporte que el fisco hace a los trabajadores que no cotizaron lo suficiente durante su vida para recibir una jubilación suficiente; se aumentará la cantidad de personas a las que les llegará este aporte y también, se aumentará la cantidad de dinero aportada.
Para las mujeres que han cotizado al menos 16 años, el fisco les aportará cerca de 8 dólares mensuales a su jubilación; a las personas de clase media (con cierto rango de jubilación) que hayan cotizado al menos 22 años, se les depositarán 6 dólares; y a aquellas personas que decidan postergar su edad de jubilación se les aumentará en 50% el monto de su pensión.
Este 6 de noviembre el proyecto ingresó a la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, donde iniciará su trámite legislativo.
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Desde la oposición, los parlamentarios en general se han mostrado abiertos al debate, pero varios han señalado que la reforma es insuficiente, y que no soluciona los problemas de fondo.