Vucic destacó que los albaneses de Kosovo ya han decidido que el 28 de noviembre, día de la bandera albanesa, se formará el Ejército de Kosovo como el mejor regalo para la nación albanesa.
"Como pueden ver, no están dispuestos a hacer nada sobre la Asociación de Comunidades Serbias —otorgar derechos de autonomía amplia a los municipios de Kosovo con una población predominantemente serbia—. Está claro que nos enfrentaremos a más problemas", señaló a la agencia.
Otra amenaza del autoproclamado Kosovo, según Vucic, es la estrategia de los albaneses kosovares para garantizarse el apoyo en el camino hacia la Interpol.
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"Esto creará grandes problemas para nosotros y provocará mucho tormento, me refiero a falsas acusaciones contra los serbios y un mayor posicionamiento del llamado Kosovo como víctima".
Para el presidente serbio, es otro factor que puede cambiar el ambiente en cualquier negociación futura.
"Sería una señal para ellos de que pueden hacer lo que quieran. Y me temo que entraríamos en un círculo vicioso sin ninguna posibilidad de llegar a un final feliz. Un final feliz en este caso sería un compromiso", explicó Vucic.
El mandatario afirmó que está asustado por todo lo que le espera a Serbia en noviembre.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 una independencia que Belgrado no reconoce.
Sin embargo, bajo la presión de Bruselas, Belgrado se vio obligado a iniciar negociaciones con la mediación de la UE para normalizar las relaciones con Pristina.
Por el momento, la independencia de Kosovo ha sido reconocida por EEUU, Canadá y la mayoría de los miembros de la UE, pero no goza del reconocimiento de Rusia, China, España e Israel, entre otros países.
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