Según declaró el analista Naoko Aoki, de la Corporación RAND, al periódico South China Morning Post, la credibilidad de EEUU siempre se basó en dos pilares: "Capacidad y resolución".
"Si se convencen de que el compromiso de Washington para defenderlos ya no es creíble, podrían reevaluar su alianza", declaró, a su vez, el director del Programa de Seguridad Internacional del Instituto Lowy (Australia), Sam Roggeveen. El analista destacó que la situación se agravaría en caso de crisis, que podría estallar "en el mar del Sur de China o en el estrecho de Taiwán".
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La decisión de Trump también podría "enviar una señal engañosa a Corea del Norte", indicó, por su parte, la profesora Eunjung Lim, de la Universidad de Ritsumeikan (Japón). Es poco probable que Seúl reconsidere su alianza con EEUU pese a las preocupaciones, según Eunjung.
"Sin embargo, no podemos negar nuestros intereses económicos interrelacionados y nuestra prioridad de una Corea del Norte desnuclearizada", indicó Lim.
Por su parte, China se ha pronunciado abiertamente contra la decisión controvertida del mandatario estadounidense. Así, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, afirmó que "el Tratado ha desempeñado un papel importante en mejorar las relaciones internacionales, avanzar en el proceso de desarme nuclear y defender el equilibrio estratégico global y la estabilidad".
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Según advirtió la portavoz, la retirada unilateral de EEUU "tendrá muchos efectos negativos". Pekín también abogó por la prudencia de Washington y señaló que solo es posible abordar las cuestiones relacionadas con el tratado "a través del diálogo".
"La cancelación de este tratado sería un problema grave para la seguridad nacional de Japón. Ha desempeñado un papel importante en el proceso de paz y estabilidad regional, el control de armas y el desarme", declaró, a su vez, el primer secretario del Gabinete de Japón, Yoshihide Suga.
Según algunos expertos, la decisión de Trump no es más que una respuesta a lo que EEUU considera "violaciones de obligaciones convencionales" por parte de Rusia, así como un intento de Washington de "empezar una carrera armamentista en el patio trasero de China".
Según señaló Roggeveen, "Asia es la región de nuevas potencias nucleares, como la India, Pakistán o Corea del Norte, que han pasado por alto o han desestimado el orden nuclear de la época de la Guerra Fría".
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La renuncia de EEUU al tratado significaría que "el orden mundial atlantista se está derrumbando, y se acerca la era del poder asiático". Roggeveen admitió que "existe la posibilidad de que estemos entrando en la era de una gran batalla entre EEUU y China en la región asiática". El experto australiano subrayó, no obstante, que "todavía es una cuestión abierta si EEUU está realmente interesado en entrar en este conflicto a largo plazo y si sus intereses en Asia son lo suficiente importantes para que corra el riesgo de confrontación o incluso una guerra nuclear con China".
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La decisión de Trump podría también llevar a la conclusión de un nuevo tratado entre Washington, Moscú y Pekín, aunque es poco probable que esto pase en un futuro próximo.
"EEUU carece de fuerzas nucleares de alcance intermedio, mientras que China nunca aceptaría poner en cuestión las fuerzas de este tipo sin poner en tela de juicio todo el arsenal nuclear y el balance nuclear asimétrico entre Washington y Pekín", explicó Yasuhiro Matsuda.
Por su parte, Hoo Chiew-Ping, de la Universidad Nacional de Malasia, recordó que el tratado entre Washington y Moscú expira en 2021 y que, para ese momento, "habrá incentivos para que estas tres grandes potencias nucleares negocien un nuevo acuerdo de control de armas estratégicas".