"El fenómeno que hemos visto en Brasil tal vez no tenga precedentes fundamentalmente por una razón: en el caso de Brasil se están usando redes privadas, el WhatsApp, que es una red que presenta muchas complejidades para que las autoridades puedan acceder y realizar investigaciones", dijo Chinchilla en declaraciones recogidas por el diario local Folha de Sao Paulo.
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La también expresidenta de Costa Rica subrayó que el uso de una aplicación privada para difundir noticias falsas pilló por sorpresa a las autoridades porque demandó "instrumentos técnicos y jurídicos" diferentes a los utilizados en Estados Unidos (EEUU), por ejemplo, en que las redes más usadas para diseminar noticias falsas eran Twitter o Facebook.
Según reveló el diario Folha de São Paulo la campaña de Bolsonaro habría difundido cientos de miles de mensajes en grupos de WhatsApp (muchos de ellos con contenido falso y difamatorio, principalmente contra Haddad), lo que podría haber influido en el resultado de la primera vuelta electoral.
Los mensajes habrían sido difundidos por agencias de marketing digital contratadas por empresas cercanas al candidato de la extrema derecha, algo prohibido por ley, ya que las candidaturas no pueden recibir financiación empresarial.
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Esto motivó al PT a presentar un recurso ante la Justicia Electoral para impugnar la candidatura de Bolsonaro en base a un delito electoral.
Chinchilla también afirmó que la misión de la OEA está participando en todos los tests públicos de las urnas electrónicas y que no encontró ninguna señal de que el sistema sea vulnerable.
Bolsonaro ha asegurado en diversas ocasiones que el sistema (que se usa en Brasil desde los años 90 sin problemas) es susceptible de fraude.