El factor iraní
El crecimiento de las cotizaciones se debe a las nuevas sanciones contra Irán y el recorte de suministros de algunos otros países. Las duras restricciones de Washington contra Teherán, incluidas las exportaciones de energía, entrarán en vigor el 4 de noviembre. Los países que mantengan relaciones comerciales con el país persa se verán afectados por medidas secundarias.
Según los datos del cartel, en 2017, la producción diaria de Irán alcanzó los 3,87 millones de barriles. De acuerdo con las estimaciones anteriores, el mercado petrolero corría el riesgo de perder hasta un millón y medio de barriles de petróleo iraní por día. Ahora, los participantes del mercado temen que estos volúmenes se dupliquen.
Sin embargo, todavía no se sabe cuánto petróleo iraní abandonará el mercado. "Lo sabremos aproximadamente en un mes. Entonces tendremos una idea más clara de lo que esperar en el primer trimestre del próximo año", comentó Tamas Varga de PVM, citado por CNBC.
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Escasez de suministro
¿Serán los productores más grandes capaces de reemplazar los volúmenes de petróleo iraní? Los saudíes ya han admitido que sus capacidades son muy limitadas.
Es poco probable que Rusia pueda compensar el déficit: la producción ya está cerca de los niveles más altos, comenta Dembínskaya.
Según el ministro del petróleo de Irán, Bijan Zanganeh, ni Rusia ni Arabia Saudí "tienen capacidad libre para extraer más petróleo que reemplace los suministros de Irán".
La situación se complica por el conflicto entre EEUU y Arabia Saudí por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Trump expresó su insatisfacción con la forma en que Riad está investigando este caso, y no descartó introducir sanciones contra los responsables de su muerte.
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Nada bueno
"La política estadounidense agresiva e impredecible, los intentos de apoderarse de todo a la vez, independientemente de los socios o los intereses propios a largo plazo, llevan a las máximas fluctuaciones, pero no son beneficiosas para nadie, incluida Rusia", comentó a Sputnik Alexéi Mastepánov, director adjunto del Instituto de problemas de petróleo y gas de la Academia de Ciencias de Rusia.
"Los precios máximos desestabilizan el mercado. Tras recibir grandes cantidades de dinero en el presupuesto en uno o dos meses, vendrá una falla en los próximos seis meses", explicó Mastepánov.
Para la economía, lo importante no son las alzas, sino el nivel en el que los precios pueden consolidarse durante mucho tiempo. El problema es que los cien dólares por barril esperados no están justificados por las situaciones del mercado, ni por la demanda ni por la oferta. Todo esto es el resultado de la geopolítica y las acciones de Washington, destinadas a socavar el equilibrio del mercado petrolero.
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En el caso de unas fuertes distorsiones, los mecanismos de una economía competitiva entran en juego. Los importadores no querrán comprar petróleo a un precio inadecuadamente alto y comenzarán a buscar una alternativa.
"Cuanto más caro sea el petróleo, más fuerte será el deseo de reemplazarlo con algo. Puede ser petróleo de esquisto, hasta cierto punto gas, o automóviles eléctricos. Cuanto mayor sea el precio, más urgentes serán los sustitutos. Como resultado, la demanda disminuirá, lo que con el tiempo reducirá los precios", concluyó Serguéi Jestánov, asesor de macroeconomía del director general de Otkritie Broker.