"Mi gran deseo es que así como ahora en temas políticos, económicos y sociales Bolivia es modelo de todo el mundo, que la justicia boliviana sea también un modelo para todo el mundo", dijo el gobernante indígena en el acto de posesión de un nuevo fiscal general.
El abogado y docente universitario Juan Lanchipa, designado por la Asamblea Legislativa al cabo de un largo proceso de selección, juró como fiscal nacional en reemplazo de Ramiro Guerrero, quien había llegado al cargo por el mismo procedimiento y terminó considerado por la oposición política como funcionario al servicio del Gobierno.
Agregó que la designación parlamentaria del fiscal, sumada a la reciente elección por voto popular de los miembros del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, eran pasos de fortalecimiento de la soberanía boliviana.
Hizo esta afirmación tras pasar una larga revista, apoyado con recortes de diarios, a la injerencia de la embajada de Estados Unidos en las designaciones de jueces, fiscales y otras autoridades en décadas pasadas.
"Antes hasta nos daban financiamiento para la reforma judicial (…) Si algunos están protestando contra la justicia boliviana, aunque puede haber errores como la llamada retardación, lo que extraña es que vuelva Estados Unidos para que imponga jueces y fiscales", afirmó.
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"Tenemos que cambiar la mentalidad. Dicen que la justicia es para quien tiene plata y no para el pobre, eso tenemos que erradicar, que sea justicia igual para todos; ésa es nuestra meta", dijo.
En el mismo acto, el vicepresidente Álvaro García anunció reformas procedimentales urgentes en el sistema judicial, en reemplazo de un nuevo Código del Sistema Penal que el Gobierno no pudo poner en vigencia a principios de este año, a causa de una ola de protestas comandada por colectivos médicos, sectores de transportistas y otros grupos que se consideraban amenazados por penas drásticas.
El fiscal Lanchipa ejercerá el cargo por seis años y sólo puede ser retirado del cargo mediante un proceso parlamentario.
