David Duke, antiguo líder del KKK, afirmó en una entrevista citada por la BBC que el capitán del Ejército brasileño "es un candidato muy fuerte", que "suena" como la organización que encabezó.
Aunque Bolsonaro se haya deslindado de inmediato de esta inesperada simpatía proveniente de EEUU y le haya sugerido a Duke apoyar a su contrincante, Fernando Haddad, en su historial carga con declaraciones despectivas a los colectivos afro y otras minorías. Entre ellas, que "no sirven ni para procrear".
Según manifestó a Sputnik José Reinaldo Carvalho, director del Centro Brasileño de Solidaridad con los Pueblos y Lucha por la Paz, palabras así son muestra de que en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se juega mucho más que un cargo para los próximos cuatro años.
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"Es una lucha entre la democracia y la amenaza de una dictadura, es la batalla entre la civilización y la barbarie. Todas las entidades que se identifican con el fascismo, el racismo o la xenofobia —como es el KKK y otras organizaciones reaccionarias en Brasil, Latinoamérica y el mundo— hacen fila con Bolsonaro, esta candidatura nefasta para los intereses nacionales del pueblo brasileño y la democracia en nuestra región", indicó.
Según las encuestas, es altamente probable que el militar retirado se consagre como próximo presidente de Brasil, algo que hasta hace poco tiempo hubiera sido inimaginable. Al mostrarse como un 'outsider' —aunque sea diputado federal desde 1991— el candidato logró capitalizar el desencanto del electorado con la clase política, a la luz de varios escándalos de corrupción que tocan de cerca a fuerzas de la izquierda y derecha tradicionales.
En contexto: Bolsonaro es una creación de la clase media
Bolsonaro logró posicionarse primero en las encuestas tras el rechazo de la candidatura del expresidente progresista Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), en prisión a raíz de una polémica condena por lavado de activos y corrupción. Hasta inicios de septiembre, cuando la Justicia electoral falló en contra del líder del Partido de los Trabajadores (PT), Lula lideraba los sondeos y se mostraba con ventaja en todos los escenarios. Su heredero político, Fernando Haddad, no ha logrado la popularidad del exmandatario.
Tanto el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el partido de Temer, como su principal aliado, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), sufrieron un enorme revés en las elecciones y su peso en la Cámara de Diputados durante la próxima legislatura se verá reducido considerablemente.
Aunque debilitada, la izquierda logró recuperar parte de su base electoral en comparación con su desempeño en las elecciones municipales de 2016. El PT se consagró como la primera fuerza en la Cámara baja con 56 diputados, 13 menos que los 69 conseguidos en 2014. El Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro le sigue, con 52 escaños.
¿Una amenaza antidemocrática?
Esta polarización se ha traducido en una escalada de violencia hacia mujeres, afrodescendientes, adversarios políticos e integrantes de minorías sexuales por parte de partidarios de Bolsonaro, tanto en los días previos a los comicios como en los posteriores. Según Carvalho, "es parte del movimiento fascista y de la amenaza antidemocrática en el país".
"Bajo el pretexto de prejuicios medievales y de la anticivilización —como combatir al movimiento LGBT o la comunidad negra y mestiza de Brasil— se están cometiendo crímenes. Bolsonaro y la coordinación de su campaña difunden mentiras y elementos irreales, lejanos de los verdaderos objetivos del programa de Haddad para instigar un sentimiento que propicie la realización de tales actos", indicó Carvalho.
El director del Cebrapaz indicó que sectores afines a Bolsonaro "difundieron por Facebook y WhatsApp imágenes irreales de gente teniendo sexo en las calles", como una estrategia para decirle a las personas más desinformadas que "si el PT gana las elecciones se va a establecer la permisividad y la inmoralidad en el país".
"Hay además una difusión de mentiras sobre el tema de la religión. Nuestra gente es muy religiosa: están los católicos, los evangélicos, los que profesan religiones de matriz africana. Trabajan con la buena fe de las personas, difundiendo mentiras, diciendo que se va a acabar con las religiones y que se va a sacar las iglesias", opinó José Reinaldo Carvalho.
"Con eso esta gente despierta sentimientos agresivos entre la población menos informada por eso es que decimos que es una amenaza a la democracia, porque está movilizando los sentimientos de las personas", agregó.
¿Qué esperar en política exterior de un posible Gobierno de Bolsonaro?
Aunque no están claros los puntos que podría llevar adelante su Cancillería, ya se visualiza en el discurso del capitán y sus aliados un mayor acoplamiento con los intereses de EEUU, explicó el director del Cebrapaz.
Es un parteaguas con el alineamiento llevado adelante por Lula y Rousseff de mayor cooperación con el grupo de "los BRICS, los países progresistas en América Latina, y los países de Medio Oriente y África".
"Ahora se percibe una tendencia a volver a un alineamiento con EEUU, aunque eso no es algo tan sencillo. Por ejemplo, las relaciones que Brasil tiene con los BRICS no se pueden disolver con un decreto o con las declaraciones de un presidente de la República, porque son hechos objetivos de la economía", aseveró el analista.
"China es el principal socio comercial de Brasil, así que no es fácil tampoco para ese sector reaccionario cambiarlo de forma inmediata, pero se prevén cambios importantes en la política exterior de Brasil", agregó.