Las elecciones de 2018 pasarán a la historia brasileña por el declive de los partidos tradicionales y el ascenso del ultraconservador Jair Bolsonaro, que según las encuestas es el favorito para llegar al Palacio de Planalto. Quizás también serán recordadas como las primeras en las que las llamadas 'fake news' (noticias falsas) estuvieron en el debate público.
"Es un condimento novedoso, que en esta ocasión marca una diferencia con elecciones en otros escenarios políticos. En general la utilización de las redes sociales es más que nada para plantear la plataforma política de un candidato o marcar algunas contradicciones que pueda tener el candidato opositor", dijo el experto.
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Sin embargo, en esta instancia la particularidad "es la utilización masiva de las redes sociales para instalar las mentiras" que apuntan "prejuicios", una estrategia que según Brieger "está funcionando" y "ha tenido un gran impacto". Sin embargo, "es muy difícil medir" hasta qué punto puede influir.
Ahora, la máxima autoridad electoral de Brasil dio un plazo de 48 horas para que Facebook y YouTube den de baja una serie de vídeos cargados por partidarios de Bolsonaro que acusan a su contrincante Fernando Haddad —ministro de Educación de 2005 a 2012— de aplicar en los programas escolares un polémico libro de educación sexual, calificado por el candidato de ultraderecha como parte de un "kit gay".
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Sin embargo, el libro en cuestión nunca fue utilizado en los centros educativos brasileños ni recomendado como material de referencia, por lo que la coalición encabezada por el candidato progresista presentó un recurso ante la máxima corte electoral por difusión de noticias falsas.
El ministro del TSE que dictó esta orden, Carlos Horbach, considera que los vídeos sobre este supuesto "kit gay" generan "desinformación (…) con perjuicio al debate político", por lo que deberán ser removidos.
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"Gran parte de la campaña de Bolsonaro estuvo marcada por la difamación y las mentiras. Que en un contexto de profunda crisis social han prendido muy bien. Uno puede decir que muchas veces la gente cree lo que quiere creer y se puede pensar que en este caso en buena medida ha pasado eso", consideró Pedro Brieger.
No es casualidad que buena parte de esta información polémica gire en torno a cuestiones morales, dado el peso de los sectores religiosos en el Congreso, particularmente la bancada evangélica.
"La composición de la bancada evangélica es conocida y es importante, y los pastores tienen un elemento de credibilidad a ciegas que no suelen tener los políticos", consideró Brieger.
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En ocasiones, las personas que forman parte de estos movimientos religiosos "dudan de los políticos, incluso del propio partido", pero los pastores "tienen una legitimidad que se basa en la fe y en la religión para instalar cualquier tema y que los fieles lo acepten".
"Uno puede analizar muchas de las cosas que dicen los pastores, que tienen que ver con la fe y la historia y parece absolutamente irreal. Sin embargo, mucha gente las cree", indicó el experto.
El bando de Bolsonaro también se presentó en la Justicia electoral para presentar una queja contra la campaña de Haddad. En este caso, el candidato ultraconservador denunció la falsedad de una información divulgada por el equipo del progresista sobre el supuesto voto contrario a la ley para la inclusión de personas con discapacidades.
Otro elemento que Brieger considera de relevancia sobre el clima que antecede a la segunda vuelta de las elecciones es la renuencia que los medios hegemónicos brasileños tienen de identificar a Bolsonaro con la extrema derecha.
En ese sentido, señaló un artículo publicado por Paula Cesarino, la defensora del lector del diario Folha de Sao Paulo, que señaló que varias personas señalaron que "el periódico está evitando llamar las cosas por su nombre, o más exactamente, calificar del candidato del PSL [Partido Social Liberal] a la presidencia, Jair Bolsonaro, como de extrema derecha".
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La periodista indica que tanto Folha como "los principales órganos de la prensa brasileña se equivocan" al tomar esta actitud "y no parecen preocupados con la dimensión histórica de este acuerdo".
Para Brieger, esta posición de los medios es "dar una imagen bastante lavada" del candidato, célebre por sus dichos contra mujeres, afrodescendientes y minorías sexuales. Al tener "el rótulo de extrema derecha siempre una connotación negativa", utilizar otras identificaciones políticas para referirse al capitán retirado es, a criterio de Brieger, "un modo de decir 'no es tan grave'".