Gomes entró en la política muy joven: a los 24 años fue elegido diputado en el estado de Ceará (noreste), donde se crió, y donde desarrolló buena parte de su trayectoria: en los años 90 llegó a ser alcalde de Fortaleza (la quinta ciudad más grande Brasil) y gobernador de Ceará.
El candidato alude así al líder de la ultraderecha Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal), el favorito en las encuestas, quien reconoce abiertamente que no es un entendido en economía y cuyo éxito se explica en parte por su discurso de rechazo contra la clase política tradicional.
Gomes dispara a la derecha, pero también a la izquierda hegemónica que representa el Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), en busca del elector moderado de centro cansado de la polarización que vive Brasil.
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En 2003, Gomes entró en el Gobierno de Lula como ministro de la Integración Nacional, y fue el responsable del trasvase del río San Francisco, la mayor obra de infraestructura del país, que lleva agua a las regiones más secas y pobres del noreste de Brasil.
En el campo progresista conquistó muchos apoyos en los últimos meses como alternativa al "lulismo" (el cantante Caetano Veloso es uno de sus más fieles admiradores), pero su búsqueda de un espacio para arañar votos a derecha e izquierda no ha sido fácil.
Para atraer a los electores más conservadores, los votos del interior de Brasil y la confianza del potente sector agrícola y ganadero, Gomes escogió como candidata a vicepresidenta a Kátia Abreu, "la reina del agronegocio", gran defensora del lobby que más deforestación provoca en el país, según recuerdan sus detractores.
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Muy frecuentemente, Gomes también es víctima de su propio temperamento: sus salidas de tono con sus rivales políticos son habituales y en alguna ocasión ha dado una colleja o un empujón cuando le han podido los nervios.
El candidato del PDT asegura que si gana revertirá las medidas de austeridad y reformas económicas de Temer y apostará por la reindustrialización de Brasil y la defensa de las empresas estatales para que no sean vendidas a "precio de banana" a intereses extranjeros.
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Su intento de posicionarse como la nueva figura de la izquierda con opciones de gobernar quedó eclipsado en las últimas semanas con el ascenso meteórico de Fernando Haddad, el candidato de Lula, en las encuestas de opinión.
Sin embargo, en los últimos días Gomes fue perdiendo apoyos y es muy posible que quede relegado a la tercera posición, desde donde se espera que declare apoyo a Haddad de cara a la segunda vuelta.
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