La crisis política interna de Rusia de 1993 se desató a consecuencia de la confrontación entre el primer presidente ruso, Borís Yeltsin, y sus partidarios, con los oponentes a las políticas de reformas encabezados por el vicepresidente Alexandr Rutskói y el presidente del Consejo Supremo Ruslán Jasbulátov.
"Respecto a mi valoración de aquellos sucesos, no ha cambiado, porque ya a principios de 1993 estaba claro que el conflicto entre los miembros del presidium del Consejo Supremo y el presidente Borís Yeltsin llegó al límite, pero claro está, el tema debía haber sido solucionado por vías políticas", aseveró a Sputnik Stepashin, quien en aquella época fungía como viceministro de Seguridad.
El político ruso explicó que en marzo de 1993 propuso, junto a un grupo de diputados, la "variante española" de solución al conflicto: a la muerte del dictador Francisco Franco en España se logró un consenso que permitió que tanto franquistas como socialistas y otras fuerzas políticas establecieran los llamados Pactos de la Moncloa sobre los pasos necesarios para estabilizar la sociedad y evitar una guerra civil.
"Yo me presenté con esta propuesta, preparé un memorándum que consistía en una variante muy simple, elecciones anticipadas del presidente y del Consejo Supremo; lamentablemente la propuesta no fue aprobada", comentó.
Stepashin indicó que "en primera instancia se opuso Ruslán Jasbulátov".
El político señaló que para aquel momento el Congreso de los Diputados del Pueblo se había tornado obsoleto.
"Yo mismo fui diputado y veía que en el Congreso, integrado por más de 1.000 personas, era imposible aprobar leyes, una Constitución y cientos de enmiendas", constató.
En su opinión, en aquellos años la situación en el país estaba candente y la oposición tenía suficientes motivos para criticar al presidente Yeltsin.
"Y claro, el decreto 1400 'Sobre la reforma constitucional por etapas de Rusia' fue el punto de partida para desatar los sucesos de octubre de 1993: fue posible evitar definiciones tan drásticas", explicó.
La crisis constitucional se desató el 21 de septiembre de 1993, cuando el presidente Borís Yeltsin decretó la disolución del Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia y el Sóviet Supremo de Rusia, entidades que se oponían a su consolidación en el poder y a su reforma neoliberal.
El Congreso rechazó el decreto y aprobó la destitución de Yeltsin.
El vicepresidente Rutskói fue nombrado presidente, acorde a la Constitución vigente.
El 28 de septiembre las protestas contra el Gobierno tomaron las calles de Moscú, muriendo varias personas durante los disturbios.
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Yeltsin ordenó al ejército poner fin a la crisis.
Durante la semana siguiente, las protestas contra Yeltsin y en apoyo al Parlamento y al Soviet fueron creciendo, para alcanzar el clímax el 2 de octubre, cuando Rusia se encontraba a las puertas de una guerra civil.
En ese momento las cúpulas militares mostraron su apoyo a Yeltsin, quien ordenó el desalojo de la Casa Blanca a la fuerza.
La Casa Blanca fue destruida y muchos de sus ocupantes murieron en el ataque.