"Estoy contento de que tengamos la oportunidad de analizar cómo se desarrollan nuestras relaciones y cómo avanza la situación en torno a la solución de la crisis siria", dijo Lavrov al encontrarse con Mualem en los márgenes de la 73ª Asamblea General de la ONU en Nueva York.
"Los ministros abogaron por incrementar los esfuerzos colectivos para contribuir a la reconstrucción de la infraestructura social y económica [siria], destruida por las hostilidades, y levantar las sanciones unilaterales impuestas a Siria que son ilegítimas y afectan ante todo a la población civil", dice el comunicado.
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"Lavrov reafirmó el apego de Rusia a la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Siria, así como su intención firme de eliminar por completo el foco del terrorismo internacional en el país", señala el texto.
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Además, agrega, los cancilleres analizaron el fortalecimiento de los lazos comerciales y económicos, lo que se puede lograr "aprovechando el potencial de la Comisión intergubernamental para la cooperación comercial, económica, científica y técnica".
"Según el ministro de Defensa [de Rusia, Serguéi] Shoigú, los recibiremos dentro de dos semanas", dijo Mualem.
Añadió que espera que los S-300 "cubran todo el cielo sirio".
"Y también esperamos con impaciencia los S-400", bromeó Mualem.
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El titular de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, anunció el 24 de septiembre que Rusia planea suministrar a Siria sistemas antiaéreos S-300 en las próximas dos semanas.
"Sí, los corredores humanitarios funcionan, pero lamentablemente los terroristas no dejan que los civiles abandonen Idlib", dijo a los periodistas.
Según el jefe de la diplomacia siria, los terroristas deben marcharse de Idlib, que "no debe estar en manos de extranjeros".
"Espero que los terroristas ya estén abandonando Idlib, pero no estoy seguro", añadió.
La gobernación de Idlib fue ocupada en 2015 por varios grupos terroristas, entre ellos el Frente al Nusra, también conocido como Hayat Tahrir al Sham, prohibido en Rusia.
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En virtud de los pactos entre las facciones insurgentes y Damasco, se fueron trasladando a Idlib los grupos que se negaron a abandonar la lucha armada durante las operaciones antiterroristas de Alepo, Homs, Guta Oriental, Deraa y Al Quneitra.
En 2017, Idlib pasó a integrar una zona de distensión patrocinada por Turquía.
Damasco declaró en julio pasado que se reservaba el derecho de usar la fuerza militar para liberar Idlib si los insurgentes rechazan el proceso de reconciliación.
El 17 de septiembre, los líderes de Rusia y de Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, reunidos en Sochi, acordaron establecer una zona desmilitarizada en Idlib en la línea de separación entre la oposición armada y las tropas sirias.
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