"Una intervención a Venezuela es una intervención en toda la región, impactaría negativamente en todos los países", afirmó.
El ministro venezolano pronunció estas palabras en Caracas, junto a su homólogo brasileño, en una comparecencia después de una reunión de trabajo en la que mostraron total sintonía.
“Los que esperaban vernos en escenarios de violencia, de antagonismo, aquí hay una demostración de que las Fuerzas Armadas, los soldados de latinoamericanos, somos conscientes de que tenemos que mantener la paz… en nuestros países y también la paz regional, latinoamericana y caribeña”, dijo el ministro venezolano.
A pesar de la buena sintonía, el responsable de las Fuerzas Armadas venezolanas criticó a los países “que se han ido acercando a organismos de carácter belicista, como la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, aunque no citó nombres.
También negó que el éxodo de inmigrantes venezolanos sea una crisis humanitaria y subrayó que Venezuela no tiene vocación migratoria hacia Brasil.
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Añadió que con el programa estatal que busca el retorno de migrantes, un total de 2.635 venezolanos ya han vuelto a su país a través de Santa Elena de Uairén, en la frontera con Brasil.
El ministro brasileño Silva e Luna remarcó, por su parte, que la reunión se centró en fortalecer la cooperación en defensa entre ambos países, y también destacó las buenas relaciones.
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El representante brasileño destacó que la reunión fue un “acto de confianza” para reconstruir el trabajo conjunto.
Agregó que Sudamérica necesita paz y estabilidad para que crezca económica y políticamente, pero sobre todo “fraternalmente”.
El ministro brasileño no hizo ninguna mención a la situación de los derechos humanos y libertades en Venezuela, a pesar de que en los últimos meses otros miembros del Gobierno de Michel Temer no dudaron en calificar a la administración de Nicolás Maduro de “régimen dictatorial”.
Recientemente, Brasil envió a la región fronteriza con Venezuela a 3.200 militares de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad de la zona ante el elevado flujo migratorio; según las autoridades locales una media de 500 venezolanos atraviesa cada día la frontera terrestre en Roraima (norte).