"El Departamento de Estado ha llamado en consultas a la embajadora ante la República Dominicana, Robin Bernstein, a la embajadora ante el El Salvador, Jean Manes, y a la encargada de negocios en Panamá, Roxanne Cabral en relación a las recientes decisiones (de esos países) de no reconocer a Taiwán", indicó Nauert.
El presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén anunció el 21 de agosto la ruptura con Taiwán y el establecimiento de relaciones diplomáticas con China.
El mandatario dijo que El Salvador se suma a otros 177 países que han aprobado la Resolución 2758 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce la existencia de una sola China.
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Esta decisión dará un impulso al diálogo político, la coordinación en asuntos internacionales y la cooperación en beneficio mutuo, dijo el mandatario.
Durante una rueda de prensa, el ministro afirmó que El Salvador había estado pidiendo desde el año pasado un masivo apoyo financiero para desarrollo portuario, y que Taiwán, tras evaluar el asunto, se negó ayudarle con un "proyecto inadecuado".
Tres días después EEUU amenazó con revisar su relación con El Salvador, al calificar de "opaca" su decisión de romper con Taiwán para establecer vínculos con China.
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"Estados Unidos está fuertemente preocupado por la reacción de El Salvador a una obvia intromisión de China en la política interna de las naciones del hemisferio occidental", declaró la Casa Blanca.
Para Washington, "es una decisión que afecta no solo a El Salvador, sino también la salud y la seguridad económicas de toda la región de las Américas".
La mayoría de los países representados en la ONU siguen la política de "una sola China" adoptada por Pekín, y que implica negar a Taiwán su aspiración de ser reconocida como República de China.
Para Pekín, Taiwán es una provincia rebelde.