"Es una lástima escuchar declaraciones de funcionarios de Taiwán que muestran un descontento por una decisión política, siempre hemos sido amigos y hemos tenido buenas relaciones", dijo el secretario de comunicaciones de la presidencia, Roberto Lorenzana, citado por el medio La Prensa Gráfica.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, anunció el 21 de este mes la ruptura con Taiwán y el establecimiento de relaciones diplomáticas con China.
El mandatario dijo que El Salvador se suma a otros 177 países que han aprobado la Resolución 2758 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce la existencia de una sola China.
Esta decisión dará un impulso al diálogo político, la coordinación en asuntos internacionales y la cooperación en beneficio mutuo, dijo el mandatario.
El ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu, atribuyó la decisión de El Salvador a motivos financieros.
Durante una rueda de prensa, el ministro afirmó que El Salvador había estado pidiendo desde el año pasado un masivo apoyo financiero para desarrollo portuario, y que Taiwán, tras evaluar el asunto, se negó ayudarle con un "proyecto inadecuado".
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"Estados Unidos está fuertemente preocupado por la reacción de El Salvador a una obvia intromisión de China en la política interna de las naciones del hemisferio occidental", declaró la Casa Blanca.
Para Washington, "es una decisión que afecta no solo a El Salvador, sino también la salud y la seguridad económicas de toda la región de las Américas".
El Salvador es el tercer Estado que rompe las relaciones con Taiwán en los últimos meses siguiendo el ejemplo de República Dominicana y Burkina Faso.
La mayoría de los países representados en la ONU siguen la política de "una sola China" adoptada por Pekín, y que implica negar a Taiwán su aspiración de ser reconocida como República de China.
Para Pekín, Taiwán es una provincia rebelde.