Carter, ahora de 93 años, valoró positivamente los intercambios entre los líderes ruso y estadounidense sobre Siria durante la cumbre bilateral en Helsinki.
El político opina que la idea de que Asad debe irse, dominante desde 2011 en los países occidentales y de Oriente Medio, ha causado un endurecimiento de las posturas de todas las partes involucradas e "hizo más difícil explorar otras opciones".
Respuesta: La diplomacia occidental no está lista para regresar a Damasco
En vez de exigir una transición completa del poder, "un mejor enfoque sería investigar si el Gobierno sirio es capaz de cambiar de rumbo para traer el fin de la guerra", argumenta Carter.
Desde el punto de vista económico, Carter sugiere que Occidente participe en la restauración del país y también elimine las sanciones "que están causando daño a la gente común" e impidiendo el renacimiento de la economía del país.
"De no hacerlo, una generación de niños sirios y jóvenes de 20 años de edad será susceptible a las tendencias insurgentes y extremistas y podría reavivar la guerra en la siguiente década", advierte.
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Carter confirma que el proceso político es indispensable para lograr la paz y que tanto "la indiferencia de Europa" como "perjudicar el proceso de Ginebra por Damasco" solo causarían más inestabilidad.
Carter propone aplazar el tema de quién es el 'culpable' del conflicto para el período de posguerra. Para el político, los sirios hoy en día están dispuestos a aceptar cualquier paz, "sea imperfecta o desagradable" ante continuar con la violencia.
"La alternativa a la paz sería un 'Estado fallido' por décadas en pleno corazón de Oriente Medio", concluye el exmandatario.
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