El objetivo de la iniciativa es llevar a cabo investigaciones para adaptar el organismo humano a la vida en la Luna.
"Nuestro organismo, el organismo del ser humano está acostumbrado a funcionar en condiciones en las que existe atracción hacia la tierra, según la Ley de Newton. Sin embargo, en la Luna, la fuerza de atracción es seis veces menor. Y todavía no está claro cómo podrá un cosmonauta funcionar con tal fuerza de gravedad, es decir, trabajar, vivir, actuar. Y si podrá resistir o no", detalló Víktor Baránov, director del Instituto de Medicina Espacial, académico de la Academia de Ciencias de Rusia.
El hecho de que la Luna se convierta en un puesto de avanzada de los terrícolas para vuelos al espacio lejano y posiblemente una fuente de recursos para la humanidad ya no son pronósticos de los futurólogos, sino la opinión de científicos e ingenieros. En la próxima década esto se convertirá en una realidad para la que hay que prepararse ahora.
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