"Quiero decir a los ciudadanos que no se preocupen, no habrá ninguna decisión secreta", dijo.
El 17 de febrero de 2008, los albaneses kosovares de Prístina proclamaron de modo unilateral su independencia de Serbia, las autoridades serbias presionadas por Bruselas y buscando acercamiento con la Unión Europea y alivio para los ciudadanos, se vieron obligadas en 2011 a entablar negociaciones con mediación de la UE sobre la normalización de relaciones con Prístina.
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El mayor logro fueron los acuerdos de 2013 sobre los principios de normalización, y de 2015, sobre una comunidad de municipios serbios de Kosovo, pero el plazo tope, el 4 de agosto, fijado por Bruselas para cumplir lo acordado, se incumplió por Prístina, provocando un aumento de tensión en Kosovo.
Muchos expertos internacionales señalan que en aras de ser admitida en la UE, lo que Belgrado plantea como una prioridad, Serbia tendrá que reconciliarse con la pérdida de Kosovo.
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La autoproclamada República de Kosovo no goza del reconocimiento por parte de Serbia, Rusia, China, España, Grecia, Irán, Israel, Siria y otros Estados.