No obstante, la situación va de mal en peor para la empresa estadounidense y las decisiones políticas que toma el Gobierno del país norteamericano parecen tener consecuencias mucho más serias de lo que podría esperarse, afirma el columnista del medio Expert Alexéi Jazbíev.
Turquía, un hueso duro de roer
De acuerdo con el columnista, todo empezó con un proyecto de ley aprobado por el Congreso de EEUU. Dicho documento tiene el fin de prohibir el traspaso de los novedosos cazas al país otomano en caso de que este prosiga con la compra de los sistemas de defensa aérea rusos S-400.
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Sin embargo, la "señal para que Turquía dé marcha atrás" surtió un efecto completamente opuesto: el presidente turco anunció públicamente que se completaría el acuerdo con Rusia e incluso propuso desarrollar conjuntamente el sistema S-500.
Pero lo peor está aún por llegar, afirma el experto, puesto que esta situación podría ahuyentar incluso a los aliados de la OTAN más leales a EEUU, y parece que esto ya ha empezado.
Italia, mucho más que un comprador
La ministra de Defensa del país mediterráneo, Elisabetta Trenta, anunció que se está barajando la posibilidad de reducir el pedido de cazas F-35 o incluso cancelar por completo su compra. A pesar de que esta decisión pueda acarrear algunas pérdidas económicas para Italia, la política señala que así se liberarán unos recursos considerables para ayudar al fomento económico del país.

EEUU tiene muchas maneras de ejercer presión sobre Italia para salvar el contrato, pero en tal caso "tendrá que olvidarse de vender sus aviones al resto de Europa por mucho tiempo", afirma el columnista.
Hay dinero pero no hay voluntad
En cuanto a Bélgica, la situación es más complicada. Jazbíev indica que este vecino de Francia no quiere comprar los cazas estadounidenses sin participar en su fabricación y esto es algo que EEUU, de momento, no le puede ofrecer. Además, Bélgica tradicionalmente sigue el ejemplo de sus vecinas Alemania y Francia en temas de defensa.
Por su parte, estos dos gigantes económicos europeos no piensan en comprar los cazas de quinta generación estadounidenses e incluso anunciaron que iban a desarrollar su propio caza de sexta generación. El proyecto, llamado Sistema Aéreo de Combate Futuro (FCAS por sus siglas en inglés), reemplazará a los actuales Eurofighter Typhoon y Rafale.
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De hecho, Alemania demostró qué opina de las compras de los F-35 al despedir al comandante de las Fuerzas Aéreas alemanas, Karl Mullner, quien promovía abiertamente la compra de estos cazas estadounidenses. En este contexto, el columnista se muestra convencido de que Alemania y Francia podrán convencer a Bélgica de que se decante por el proyecto europeo.
A medida que el mercado del caza de quinta generación estadounidense va desmoronándose como un castillo de naipes, uno podría pensar que EEUU intentará vender sus F-35 a los países del golfo Pérsico. No obstante, el autor destaca que Israel se opondrá a ello, algo que EEUU simplemente no puede ignorar.
En diciembre de 2017, Rusia y Turquía firmaron un acuerdo de suministro de sistemas de defensa antiaérea rusos S-400 a Ankara. Por su parte, Washington amenazó con imponer sanciones contra Turquía y presionó al país otomano con no venderle los cazas de quinta generación F-35.
El S-400 Triumf (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) está diseñado para abatir aviones furtivos, así como misiles de crucero y balísticos; tiene un alcance de hasta 400 kilómetros, es de generación 4+ y es el doble de eficaz que sus antecesores.
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