Tayikistán es el único país en el que existe, desde el 2005, el Impuesto Selectivo al Consumo de agua potable (ISC). Normalmente este tipo de tasa se aplica a productos que pueden dañar la salud de la población (alcohol, cigarrillos) o al medio ambiente (productos derivados del petróleo, medios de transporte), explica el periodista del medio Izvestia Ígor Karmazin.
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Con la importante subida de impuestos aumentará el precio del agua para los consumidores. Así, una botella de 0,5 litros, que ahora cuesta dos somoni —0,21 dólares estadounidenses—, valdrá 2,40 somoni —0,25 dólares—, y el precio de una botella de 19 litros se verá incrementado de 10 somoni —1,06 dólares— hasta 22 somoni —2,34 dólares—. Cabe señalar que el salario medio en este país es de 123 dólares, según los datos del año pasado.
El momento de aprobación del nuevo decreto ha puesto todavía más en contra a la población. Este verano, la temperatura en Tayikistán ha alcanzado picos de 45ºC. De hecho, hay posibilidad de que se derritan glaciares y existe la posibilidad de deslizamientos de tierra, según alertan los meteorólogos del país. Todo esto genera descontento en la población.
"Compramos dos botellas de agua semanales por 20 somoni —2,12 dólares— para los niños, para que no beban agua del grifo. (…) Después del aumento de precios no podremos permitirnos esto y afectará a la salud de los niños. Maldigo a todos los que tienen que ver algo con esta decisión y a sus hijos y nietos", compartió con el medio ruso una habitante de la ciudad de Kulob.
No obstante, por fallos en la infraestructura, el problema del acceso al agua potable limpia es casi tan grave en Tayikistán como en los países africanos, afirma Karmazin. Por ejemplo, en el asentamiento Bajor viven más de 2.000 personas, pero no hay una red de abastecimiento de agua, de manera que tienen que sacar el agua de un canal de riego.
"Antes el agua era más limpia que ahora. No había bolsas y botellas de plástico ni pañales. Ahora todo esto flota en el agua. ¿Cómo es posible beberla?", se queja una habitante de Bajor a periodistas de Living Asia.
Tayikistán no es el único país con este problema en Asia Central. Así, en Uzbekistán, en 2018, la siembra de arroz ha disminuido en un 42%.
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Hasta 2016, todos los proyectos de construcción de centrales hidroeléctricas en Tayikistán y Kirguistán encontraron la resistencia de su vecino Uzbekistán. Pero a partir del cambio de autoridades en este país, las relaciones entre Taskent, Dusambé y Biskek han mejorado significativamente y se han puesto en marcha varios proyectos conjuntos, incluso en el campo del agua.
Sin embargo, Karmazin pone de relieve que este progreso en la colaboración regional todavía no se ha traducido en la mejora de la situación en el acceso al agua potable.
"La crisis de recursos hídricos complicará inevitablemente los vínculos económicos en Asia Central y hará crecer el flujo de migrantes a países vecinos. Se puede pronosticar la aparición de un 'mercado negro del agua'. También se pueden vislumbrar fácilmente disturbios a causa del agua", concluye el periodista.