"No", dijo Trump cuando los periodistas le preguntaron durante una rueda de prensa si Estados Unidos era "un blanco para Rusia".
En particular, las pesquisas buscan comprobar la hipótesis de que Donald Trump tuviera contactos secretos con el Kremlin durante la campaña electoral, y que Moscú influyera de alguna manera en los resultados de los comicios.
Sin embargo, tras casi dos años de investigación, no se presentó ni una sola prueba irrefutable que comprobara dichas acusaciones.
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Poco antes de su reunión con Vladímir Putin en Helsinki, Trump atribuyó la pésima relación con Rusia a "la caza de brujas que se armó" en Estados Unidos, al referirse a la investigación de la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses.
"Nunca ha habido un presidente que haya sido más severo con Rusia que yo, miren las cifras, miren lo que hicimos, observen las sanciones, los embajadores que ya no están, y lo que, desgraciadamente, ocurrió hace poco en Siria", dijo en una rueda de prensa mostrada por el canal CNN.
El 16 de julio en Helsinki se celebró la primera cumbre oficial de Putin y Trump.
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Los dos mandatarios conversaron cara a cara más de dos horas, y luego a las negociaciones bilaterales se sumaron los cancilleres y asesores presidenciales.
