Slim envió "una carta manuscrita, personal, felicitándome y además manifestando su compromiso de invertir en México para sacar adelante al país, de modo que vamos muy bien", dijo el viernes a periodistas López Obrador.
El político de 64 años dijo que las declaraciones de Slim durante la compaña fueron parte de una estrategia en contra de su movimiento de izquierda nacionalista.
A Slim "lo están utilizando para tratar de contrarrestar el avance de nuestro movimiento, pero no les va a funcionar, la gente ya decidió que no va a haber corrupción en México y acabar con el bandidaje oficial", argumentó.
Slim expresó en plena campaña que le daba "miedo" la perspectiva de que López Obrador ganara la presidencia, y aplicara otra solución a la construcción de un nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en la que el empresario tiene inversiones comprometidas de hasta 8%.
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El magnate se sumó a otros empresarios que veían como una amenaza el ascenso de López Obrados en las encuestas.
Una eventual cancelación de la construcción del aeropuerto, el más grande proyecto del Gobierno saliente de Enrique Peña Nieto con inversiones previstas por casi 10.000 millones de dólares, "sería suspender el crecimiento del país", dijo Slim en plena campaña.
López Obrador respondió entonces que si ganaba las elecciones, su Gobierno no gastaría en ese proyecto y que lo concesionaría a inversionistas privados: "Que (Slim) lo construya con su dinero", replicó en plena campaña.
También Larrea, el más agresivo adversario
Otro magnate que felicitó al triunfador fue Germán Larrea, presidente del minero Grupo México, quien fue uno de sus más agresivos críticos.
Larrea, segundo hombre más rico del país según Forbes, envió una carta abierta a sus empleados y accionistas en la que advirtió sobre los riesgos de un "modelo populista" que según los empresarios encarna el líder de izquierdas.
"Si este modelo económico populista, en donde todo supuestamente pertenece y proviene del Estado, en el que se ofrece regalar sin trabajar, se llegara a imponer en México, se desincentivarían las inversiones afectando gravemente los empleos y la economía, se devaluaría nuestra moneda y se provocarían fuertes alzas de precios en productos y servicios", advirtió el empresario.
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López Obrador, que obtuvo más de 53 por ciento de los votos y 20 puntos de ventaja sobre el segundo, comenzó una serie de actos de reconciliación.
El primero fue dos días después de los comicios del 1 de julio: una reunión en el Palacio Nacional con el presidente Peña Nieto.
El segundo fue el 4 de julio: un encuentro con el poderoso Consejo Coordinador Empresarial en busca de una tersa transición hacia su toma de posesión el 1 de diciembre próximo.