A comienzos de julio, un informe de Bank of America causó tumulto en los medios y las redes sociales. Según los pronósticos de los expertos, Rusia podría verse expuesta de nuevo a una crisis financiera como la de 1998.
Puede parecer que Bank of America trata de causar pánico en los países en desarrollo y, de esa manera, aumentar la fuga de capitales a EEUU. No obstante, al estudiar en detalle su informe se percibe que la crisis pronosticada afectará sobre todo no a los países en desarrollo, sino a los propios Estados Unidos, opina el autor del blog Crimson Alter.
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Aunque la mayoría de los comentaristas financieros piensan que el pronóstico de la crisis se refiere principalmente a Rusia, hay que poner el foco en que el país euroasiático de 2018 es muy diferente al de 1998. Las cifras confirman que la reserva nacional, que contaba con 15.100 millones de dólares en 1998, cuenta hoy con 455.500 millones de dólares; el PIB en 1998 era de 806.330 millones dólares, mientras que en 2017 asciende a 3,75 billones; el coeficiente deuda-PIB en 1998 era del 143,95%, y en 2016 solo del 14,15%.
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Sin embargo, hay que acordarse de esta frase de Henry Kissinger: "Ser un enemigo de EEUU es arriesgado, pero ser su amigo es letal". Además hay que prestar atención a lo que decían las noticias en 1999 y lo que dicen hoy en día.
"EEUU ha recibido una solicitud oficial de Rusia para proporcionar asistencia alimenticia complementaria, anunció en Washington el secretario de Agricultura de EEUU, Dan Glickman. Según RIA Novosti, esta solicitud está siendo estudiada por la parte estadounidense. De la declaración de Glickman se infiere que la reacción del Gobierno de EEUU a la solicitud de la asistencia alimentaria complementaria dependerá de cuánto éxito tenga el programa actual de suministro de cultivos y ganado a Rusia". Así eran las noticias típicas en 1999.
Por lo tanto, Rusia bajo sanciones parece más potente que cuando se veía apoyada por el FMI. Además, estas sanciones han servido de vacuna para le economía rusa, que paliará los efectos de la crisis regional o mundial, asevera el autor del Crimson Alter.
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Por ejemplo, uno de los mecanismos de la crisis que hace daño a la economía nacional es la fuga de capitales. Pero después de haber sido impuestas las sanciones, los inversionistas ya han vendido los valores rusos, así que dentro del país solo se han quedado los que sinceramente creen en Rusia.
Los analistas de Bank of America tienen razón cuando afirman que existe un gran riesgo de crisis financiera global. Puede ser lanzada por la guerra comercial entre EEUU y China, que está dando los primeros pasos. Si Trump sigue destruyendo el sistema de comercio internacional, tras la reacción en cadena se verán afectados países en cualquier parte del mundo, incluso EEUU. El problema para los estadounidenses podría llegar a ser que, durante otras crisis, su economía era más estable y fuerte. Por eso, si los augurios de Bank of America se cumplen, tendrían que entrar en pánico en Washington y no en Moscú, concluye Iván Danílov.