Al hacer un breve repaso por la situación del mundo, es necesario advertir de que 'abusar de los niños' es un valor histórico inscrito en el ADN del capitalismo global.
El sutil encanto de la hipocresía norteamericana
Luego de un buen recuento de historia política estadounidense, Michael Moore desnuda la esencia misma de lo que significa el establishment en ese país y la doble moral construida a través de los medios.
"Deja de sorprenderme y sorprende que Trump esté secuestrando niños hispanos de sus padres ¡como si esto no fuera lo que somos! sí, lo es. Siempre ha sido lo que somos. No digas que Trump está violando 'nuestros valores americanos'. Abusar de los niños es un valor histórico estadounidense. Siéntete orgulloso, Estados Unidos: Trump somos nosotros".
Pero el dolor de cientos de niños no sólo se circunscribe al territorio norteamericano y tampoco forma parte de una situación coyuntural. De una forma grotesca se nos presenta como la continuidad de la explotación por todos los medios posibles.
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La siguiente imagen es clara, y aunque nos recuerda los campos de concentración de Auschwitz, forma parte de los cientos de niños que fueron explotados durante el nacimiento de la Revolución Industrial.
Tal y como lo comenta el investigador Victor Montoya: "los niños fueron siempre las primeras víctimas de la explotación y la barbarie". En la sociedad capitalista fueron ellos quienes pasaron a "engrosar el ejército de esclavos modernos, y de estas fuerzas de trabajo se nutrió la burguesía para obtener pingües beneficios a cambio de pobreza".
Sería apenas en 1973, cuando la ONU se dignó a aprobar "una ley que prohibía a los empresarios contratar a menores de quince años y, en los trabajos que exigen esfuerzos físicos y ponen en peligro la salud, a menores de dieciocho años", reseña Montoya.
Misiles contra la infancia
De esa cifra, que parece abstracta y lejana, resalta el episodio de cuatro niños palestinos que fueron masacrados en una playa de Gaza mientras se encontraban jugando al fútbol. Ninguno llegaba a los 12 años. Si a esto le sumamos la explotación laboral de niños palestinos en campos agrícolas regentados por colonos israelíes, o los más de 350 niños presos en cárceles de ese país, tenemos una idea bastante clara de cuál es la política de Israel para con la infancia en Palestina.
Las guerras de Occidente en Oriente Medio: el apocalipsis silenciado
Yemen y Siria se han convertido en dos epicentros devastadores para los niños. Según el reporte dado por Unicef "decenas de miles de yemeníes han sido asesinados" por los bombardeos hechos por la coalición liderada por Arabia Saudí, socio estratégico de Estados Unidos e Israel en Oriente Medio. La debacle sanitaria, provocada por el bloqueo impuesto por el país árabe, está causando que "muera un niño cada 10 minutos en Yemen por causas como la desnutrición, la diarrea, o infecciones respiratorias".
Situación similar se repite en Siria, donde el Estado Islámico, apoyado militar y mediáticamente por Occidente en su intento para derrocar a Bashar Asad, generó una situación que es algo más que cifras sobre el papel.
Por ejemplo, luego de la liberación de la ciudad de Alepo, se pudo conocer que los yihadistas habían establecido una enorme red de tráfico de órganos, que eran vendidos a través de la frontera con Turquía. Lamentablemente, muchos niños fueron víctimas de estas prácticas. Según cifras de las ONG, al menos 400.000 menores de edad son refugiados en Líbano, y son "extremadamente vulnerables a la violencia, el robo, el abuso y la explotación sexual, así como corren el riesgo de ser captados por las redes de tráfico de niños".
¿Y Latinoamérica?
Durante 4 años, entre 2003 y 2007, militares estadounidenses violaron a 54 menores de edad en Colombia, bajo la mirada cómplice del Gobierno de ese país suramericano. Según el investigador Renán Vega, quien participó en el informe que visibilizó dichos delitos: "Hay abundante información sobre la violencia sexual, en total impunidad gracias a los acuerdos bilaterales y a la inmunidad diplomática de los funcionarios de EEUU". No conformes con las agresiones, dichos militares y mercenarios de Estados Unidos "también grabaron y vendieron el crimen como material pornográfico", aseguró Renán Vega.
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Al cerrar el artículo, tropezamos con la noticia de Valentino Ladislao, un niño de 5 años en Argentina, que se mantenía sostenido a la vida a través de electro ventiladores. La compañía eléctrica, además de cortarles el suministro de energía por una deuda de 60.000 pesos (2.228 dólares), fue insensible a la solicitud de su madre:
"Ese día llamé muchas veces a Edesur para informarles que yo tenía un nene electrodependiente y la respuesta de ellos fue que tenía una deuda y que no me podían decir cuándo iba a venir la luz", dijo en declaraciones para la televisión local. "No puedo pagar esa cantidad de plata", explicó al respecto. Valentino murió luego de luchar por su vida durante más de doce horas.
JUSTICIA POR VALENTINO. Tenía 5 años, era electrodependiente y murió tras estar 15 horas sin luz. A pesar de que una ley asegura a las personas electrodependientes a tener luz gratuita, Edesur les cortó el suministro por falta de pago. pic.twitter.com/scRNA5H2TQ
— Pensamiento Nacional (@MJauretche) 25 июня 2018 г.
Casi podríamos pensar que hay una intencionalidad que parece ir más allá, o al menos aprovechar, la propia naturaleza del sistema capitalista, para avanzar en una agenda contra la infancia. Quién sabe, a lo mejor si seguimos escarbando vamos a terminar colisionando con una verdad muy incómoda. No importa, nos arriesgaremos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK