Los ancianos de varias tribus de la localidad siria de Manbij y sus alrededores han publicado un vídeo en el que piden a Turquía tomar tan pronto como sea posible el control sobre la zona, informa el portal Syria Call. De esta manera, entre las dos variantes de la ocupación, los árabes locales eligen la que consideran el mal menor: la ocupación turca.
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Según Ankara, las fuerzas de las YPG tienen hasta el 4 de julio para abandonar la zona y retirarse hacia el este del río Éufrates. Este acuerdo fue alcanzado entre Turquía y EEUU a principios de junio, cuando el nuevo secretario de Estado y exdirector de la CIA, Mike Pompeo, visitó Ankara. La hoja de ruta establece que los kurdos —aliados de EEUU— deben, además, abandonar buena parte de las armas que se les habían entregado para combatir al grupo terrorista Estado Islámico.
Sin embargo, hasta ahora los kurdos no parecen tener prisa en cumplir con esas exigencias.
Para las YPG, la nueva hoja de ruta no solo supuso una traición de su aliado, EEUU, sino que también fomentó los sentimientos antikurdos en la región, dice el experto. Y tienen razones para ello.
"La declaración [en la que los líderes árabes llaman a las tropas turcas] suena como un llamado de auxilio de la población que sufría y sigue sufriendo a causa de la mala conducta y la represión de los radicales de las YPG. Los kurdos realmente han tratado de establecer ahí una autoridad que a menudo se basaba en la discriminación contra los árabes", destaca Borís Dolgov.
No obstante, algunas fracciones kurdas no tienen la intención de rendirse y tratan de negociar para al menos dejar en Manbij parte de sus fuerzas. Sea como fuera, ni en el plano militar, el político, o en cuanto al apoyo de la población local, las YPG tienen una posición de ventaja. Es por eso que la región siria al oeste del río Éufrates está totalmente perdida para los kurdos, concluye el especialista ruso.