"Le vi con buen ánimo y con mucho humor, con unos kilos menos, leyendo muchos libros y preocupado, como no puede ser de otra manera", explicó en declaraciones a la prensa recogidas en un comunicado por el Partido de los Trabajadores (PT).
Mujica aseguró que el gran asunto del encuentro entre ambos fue la preocupación con el destino de Brasil y de América Latina.
Mujica recordó que los países latinoamericanos, a pesar de contar con "colosos" como Brasil, no representan ni el diez por ciento de la economía mundial, por lo que en su opinión hay que unirse y mirar hacia adelante.
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El líder de la izquierda uruguaya también tuvo un recuerdo hacia los años en que Lula gobernó Brasil, agradeciendo su rol de potencia regional.
"Cuando Lula fue presidente de este país gigantesco, en una actitud de mucha consideración y respeto a los países pequeños de América Latina Brasil se comportó como una especie de hermano mayor", aseveró.
En este sentido, Mujica expresó su deseo de que el gigante suramericano se recupere de la crisis política y económica que atraviesa.
Además de visitar a Lula el expresidente uruguayo también conoció de primera mano el campamento que desde el 7 de abril (cuando Lula ingresó en prisión) sus simpatizantes montaron en los alrededores como muestra de apoyo.
En un mensaje a los militantes izquierdistas Mujica parafraseó las últimas palabras de Lula en libertad, al repetir que se puede detener a los hombres y a las mujeres, pero no a las causas que defienden, y remarcó que "Lula somos todos, todos los que tienen problemas en América Latina".
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Mujica estuvo acompañado por la senadora y presidenta del PT Gleisi Hoffmann, que el martes 19 de junio fue absuelta por el Tribunal Supremo Federal de una acusación de corrupción, lo que según dijo, le hace ser optimista frente a futuras decisiones de los magistrados.
"Me parece muy positivo en el sentido de que se rescató el debido proceso legal, de no usar confesiones como prueba", manifestó.
El próximo 26 de junio el Supremo juzgará una petición de la defensa de Lula para que el expresidente pueda permanecer en libertad mientras se juzgan los recursos presentados contra su sentencia.
El líder de la izquierda brasileña es precandidato a las elecciones generales de octubre y el favorito en todas las encuestas, a pesar de que es poco probable que pueda presentarse, dado que la Justicia Electoral prohíbe candidaturas de condenados en segunda instancia.
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