"El presidente [Kim Jong-un] tiene el don de líder que se manifestó durante la cumbre estadounidense-norcoreana; Japón y Corea del Norte también necesitan relanzar sus relaciones y eliminar la desconfianza mutua", dijo Abe agregando que además Tokio "aspira a solucionar el problema de los secuestrados".
Abe durante los preparativos de esta reunión no descartó la posibilidad de sostener negociaciones con el líder norcoreano en un futuro, sobre todo para aclarar la suerte de los japoneses secuestrados en los años 70 y 80 por agentes de la RPDC.
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En febrero de 2016, Corea del Norte detuvo las investigaciones de estos casos después de que Japón le impusiera sanciones unilaterales por su programa balístico y nuclear.
Japón y la RPDC habían sostenido en la década del 80 unas negociaciones sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas, pero el diálogo se atascó cuando las partes empezaron a debatir el tema de las compensaciones por parte de Tokio por el dominio colonial japonés en Corea de 1910 a 1945.
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Japón insiste en que lo había compensado todo cuando se trató de establecer las relaciones diplomáticas con Corea del Sur, lo que se hizo en 1965.