Debido a la burocracia italiana, los niños permanecen en la frontera con Francia solos, en condiciones poco seguras. Después, los guardias fronterizos franceses devuelven a los menores no acompañados a Italia, alegando que tienen problemas con los documentos.
Te puede interesar: La crisis migratoria desborda las capacidades de la Unión Europea
El informe asegura que los guardias fronterizos les arrebatan las tarjetas SIM de sus móviles, les cortan las suelas de sus zapatos y los hacen andar descalzos. En uno de los casos, una niña de Eritrea tuvo que caminar sobre terrenos accidentados con un bebé de un mes y medio en brazos.
En el período que va entre julio de 2017 y abril de 2018, la frontera italiana fue cruzada por al menos 16.500 migrantes de Sudán, Eritrea, Siria y Afganistán, quienes se han estado hospedando en Ventimiglia, una pequeña ciudad italiana a 7 km de la frontera francesa. La mayoría se dirigió a Francia, Reino Unido, Suecia y Alemania, donde quieren encontrarse con sus familiares y amigos.
Más: Niños migrantes son abusados en Francia y devueltos ilegalmente a Italia
Diversos medios ya habían informado de que los guardias fronterizos franceses falsificaban documentos de niños migrantes con la intención de no dejarlos entrar al país. Según estas informaciones, anotaban una fecha de nacimiento incorrecta, de modo que entraban en la categoría de adultos y por lo tanto se les podía negar la entrada a territorio francés.