Italia no dejó entrar en ningún puerto a la nave con 629 migrantes a bordo, y Malta, país al que se redirigió el barco, también se negó a acogerlo.
A pesar de la negativa, las autoridades italianas enviaron al Aquarius dos buques con alimentos y productos de primera necesidad.
Las declaraciones que han motivado la protesta italiana las realizó el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que tachó de "cinismo" e "irresponsabilidad" la negativa de recibir al Aquarius, gestionado por las oenegés Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée.
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Por su parte, el Gobierno italiano afirmó que no aceptará "lecciones hipócritas de países que en el tema de la migración siempre han preferido mirar para otro lado".