"La permanencia en la Presidencia del Gobierno del máximo responsable de una formación política declarada judicialmente como parte de un auténtico sistema de corrupción institucional afectaría gravemente a la credibilidad de la Presidencia, del Gobierno y de la propia dignidad de la democracia española", reza el texto de la moción presentada por el grupo socialista.
Para ser aprobada, la moción de censura debe recibir el apoyo de al menos 176 diputados, la mitad más uno de los 350 que componen la cámara.
A falta de que varios partidos comuniquen oficialmente el sentido de su voto, la moción parece despertar simpatías suficientes como para pensar que la permanencia de Rajoy en la Moncloa corre peligro.
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Con toda probabilidad, la moción contará con el apoyo de los 84 diputados del PSOE y con el voto favorable de un diputado extra de Nueva Canarias, socio electoral de los socialistas.
De hecho, Unidos Podemos ya registró el pasado mes de junio una moción de censura contra el Gobierno en minoría de Mariano Rajoy por motivos similares a los que ahora esgrime el PSOE.
La propuesta fue rechazada por la mayoría de la Cámara, pero durante su debate se produjo un acercamiento dialéctico entre Unidos Podemos y el PSOE, mostrándose ambas partes favorables a explorar las vías para conformar mayorías alternativas al Partido Popular.
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Pese a que la conformación de esa mayoría parece más cercana que nunca, el apoyo de la coalición a la moción no está cerrado, ya que Podemos se encuentra realizando una consulta en la que 498.456 inscritos en partido pueden votar hasta la tarde del jueves 31 para fijar la posición final de la formación.
Pese a que la figura de Sánchez despierta recelos entre las filas independentistas por su apoyo a la intervención de las instituciones en Cataluña el pasado mes de octubre, algunos destacados representantes soberanistas llamaron no perder la oportunidad de hacer caer a Mariano Rajoy, su principal rival político en los últimos años.
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"A nosotros nos hace la misma poca gracia votar con ustedes que seguramente a ustedes votar con nosotros; pero es que echar a ladrones y carceleros de Moncloa no es una opción, es una obligación", dijo, aludiendo a las filas socialistas, el parlamentario Gabriel Rufián, de Esquerra Republicana de Cataluña, uno de los dos grupos independentistas con representación parlamentaria.
El PNV, de corte conservador, es una formación muy crítica con el desempeño del Gobierno español en la crisis catalana, pero en distintas ocasiones mostró cintura a la hora de negociar con el Partido Popular, llegando incluso a acuerdos para ayudar a Rajoy con cuestiones como la aprobación de los presupuestos.
En consecuencia, resulta difícil adelantar hacia qué lado —y a cambio de qué— se decantará el PNV esta ocasión.
No obstante, la formación liberal —a la que las encuestas otorgan un considerable crecimiento en caso de ir a elecciones— llegó a plantear en las últimas horas que, en caso de fracasar la moción de Sánchez, podrían presentar una moción propia con la única intención de convocar unos nuevos comicios.
Finalmente, parece claro que los 137 diputados integrados en el Partido Popular o en los distintos grupos de sus socios electorales rechazarán la moción, al igual que la representante de Coalición Canaria, una formación conservadora cercana a las posiciones del Gobierno.
El plan de Sánchez
De llegar a la Moncloa, el plan de Pedro Sánchez pasa por el establecimiento de un periodo de estabilidad antes de proceder a la convocatoria de elecciones.
Esta hoja de ruta no tiene unos plazos determinados, por lo que la fecha para la convocatoria de elecciones podría ser negociada con otros grupos, según explicó el propio el líder socialista.
Rajoy no se plantea dimitir
Pese al cuestionamiento hacia él y hacia el partido que preside, Mariano Rajoy anunció que no dimitirá y que su intención es cumplir su mandato, cuyo término está previsto para para el año 2020.
"Desde que se conocen los hechos me he presentado en tres ocasiones a las elecciones generales: en 2011 las gané, en 2015 las gané y en 2016 las gané", dijo Rajoy durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.
La sentencia de la trama Gürtel considera probado que distintos cargos del PP en municipios madrileños tejieron, junto a empresarios locales, una red corrupta para amañar y encarecer procesos de contratación pública, lo que después era compensado con el pago de comisiones y regalos a los políticos facilitadores.
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Según los jueces, las cantidades detraídas sirvieron directamente para pagar gastos electorales del Partido Popular o fueron a parar como donaciones a la llamada "Caja B" del partido, consistente "en una estructura financiera y contable paralela a la oficial existente al menos desde el año 1989".
Entre las 29 personas condenadas en el caso destaca la figura del Partido Popular como ente jurídico, pero también el extesorero del partido (Luis Bárcenas, condenado a 33 años de cárcel) o la exministra de Sanidad durante el primer Gobierno de Rajoy, Ana Mato, señalada también como partícipe a título lucrativo.
Además, afirmó que la sentencia no condena al Partido Popular, sino que "se limita a "establecer una responsabilidad civil como partícipe a título lucrativo por hechos ocurridos hace quince años".
En opinión del presidente del Gobierno, la moción de censura es un movimiento "inquisitorial" por parte de un Pedro Sánchez que "quiere ser presidente del Gobierno de cualquier manera siempre que no tenga que pasar por las urnas".
El debate
El debate sobre la moción de censura comenzará este 31 de mayo a las 09.00 (hora local) en el Congreso de los Diputados de España.
La última moción de censura, presentada por Podemos contra Rajoy, duró un total de dieciséis horas y media repartidas en dos días: once en la primera jornada y cinco y media en la segunda.
La moción de mañana será la cuarta que se debata en la historia de la democracia española.
Las tres mociones anteriores se presentaron contra el Gobierno de Adolfo Suárez en 1980, contra el de Felipe González en 1987 y contra Rajoy en 2017; resultado, todas ellas fracasadas.