"Ha quedado evidente que el supuesto aislamiento de Rusia de la comunidad internacional es un mito caducado de los propagandistas occidentales miopes, quienes ya no saben cómo explicar a sus lectores por qué acuden a San Petersburgo el presidente del gigante francés del petróleo, Total, el presidente de la República Centroafricana, Faustin-Archange Touadéra, y el escritor Nassim Taleb", escribe Danílov para Sputnik.
Cortejar a la Unión Europea
El primer vice primer ministro y ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, asistió al foro e insinuó y casi propuso, con la tormentosa relación entre la Unión Europea y Estados Unidos como telón de fondo, una especie de trueque a sus colegas europeos que bien podría resumirse en la frase 'la Unión Europea retira su apoyo a la presión económica estadounidense sobre Rusia y Rusia ayuda a la Unión Europea a desdolarizarse', señala en su artículo.
"Y así es como se debe entender la frase [de Siluánov]. Moscú está listo para abrazar el euro en lugar del dólar en sus negocios con la Unión Europea", señala Danílov.
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El ministro de Finanzas fue más explícito todavía y desde San Petersburgo dijo que Rusia estaba dispuesta, si la Unión Europea se desmarcaba de la política económica de Washington, "a utilizar la moneda única y los organismos estructurales europeos cuando lleve a cabo actividades financieras y para comerciar por bienes y servicios" afectados, en estos momentos, por todo tipo de sanciones. El vice primer ministro recordó que el país ya lleva tiempo prefiriendo utilizar las monedas nacionales en sus negocios con terceros países.
Por qué el dólar está por todas partes
"Y obligar a todo el mundo a pagar por el petróleo en dólares ha sido la forma en la que EEUU ha podido mantener su divisa bajo demanda y hacer que negarse a comerciar sin su moneda no sea un inconveniente, sino directamente una catástrofe económica", explica Danílov.
¿Qué se necesita para echar al dólar del tablero internacional?
Para el columnista, la Unión Europea, China y Rusia cumplen con todos los requisitos si actúan como un solo bloque y se complementan entre sí.
"China posee un inmenso mercado interior, pero su sistema financiero no cuenta con la confianza del mundo y los problemas que plantea su poca apertura al mundo los reconocen incluso los propios políticos chinos. Tampoco le va demasiado bien controlando sus recursos ni tampoco con la capacidad de proyectar poder militar", reconoce Danílov.
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Sin embargo, la situación de la Unión Europea es toda la contraria, prosigue. Goza de un sistema financiero desarrollado y cuenta con una gran reputación y confianza a nivel mundial. Ello sin contar un mercado rico y diverso. Pero al mismo tiempo le falta el factor de fuerza brutal, el poder militar y el control sobre sus recursos, algo de que lo sí goza Rusia.
"Por desgracia, Rusia no puede presumir de tener un sistema financiero desarrollado y reconocido a nivel mundial. Pero a pesar de faltarle eso, tiene una herramienta clave y la capacidad y determinación de proyectar fuerza militar para proteger sus propios recursos".
La Unión Europea se encuentra en la encrucijada de responder a la trascendental pregunta formulada por el ministro de Economía francés, Bruno le Maire, en la televisión francesa a principios de mayo: "¿Queremos ser vasallos que obedezcan las decisiones que tome Estados Unidos o queremos dejar claro que tenemos nuestros propios intereses económicos?". Si Europa encuentra la valentía de apostar por la libertad, no podrá negarse a cooperar con Rusia, opina Danílov.
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