Desde comienzos del 2018, Argentina ha sufrido una importante devaluación del peso. El 3 de mayo, el Banco Central Argentino volvió a elevar su tasa de interés, lo que provocó una abrupta caída de la cotización del peso —hasta 23,30 por dólar—.
Una de las razones de ello es la alta tasa de inflación característica de los países de América Latina, señala la autora. Según el Instituto nacional de estadística y censos de la República Argentina, la tasa de inflación actual en este país es del 25,4%. La caída de las cotizaciones del peso hace esperar un mayor incremento de precios.
Asunto relacionado: Gobierno argentino dice tener bajo control la situación cambiaria
En 2001, en Argentina se produjo el mayor 'default' del mundo. El país anunció su incapacidad de pagar deuda externa por un monto de 95.000 millones de dólares. Las autoridades decidieron reestructurar la deuda a largo plazo. Así, los viejos valores de deuda se canjearon con un descuento y con vencimiento en el año 2033.
Más: La economía popular en Argentina: ¿una alternativa a la crisis?
Bajo esta presión, el país se acercó al segundo 'default' y otras crisis sistémicas, de las cuales no ha salido hoy. Un crecimiento económico bajo, una inflación alta, así como la política de austeridad, introducida por el presidente Mauricio Macri en 2015, no permiten a Argentina dar un paso hacia adelante, opina la autora.
Debido a la nueva emisión de títulos de deuda, el país mantiene la condición de deudor perpetuo, y puede resolver solo parcialmente los problemas actuales de la economía, que incluyen, ante todo, el déficit presupuestario, la inflación y la caída del PIB, indica Maxim Jaritónov.
"La falta de industrias nuevas, competitivas y de alta tecnología en el país, junto con la existencia de monopolios tradicionales, dependientes de los subsidios estatales, obstaculizan el avance económico", subraya la columnista.
Según Koroliova, ya está claro que las autoridades no lograron resolver los principales problemas de la economía y el balance monetario del país, aunque debe tenerse en cuenta que la economía de Argentina es bastante desarrollada y orientada a la exportación.
"Los problemas de la década del 2000 siguen acechando al país. Por lo tanto, para tratar con ellos, quizás valga la pena mirar hacia el pasado y llevar a cabo reformas duras, especialmente en el sector bancario, sin tener en cuenta al FMI, para que el Gobierno obtenga palancas reales en la política monetaria", concluye la autora.
El Gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión de reducir medio punto porcentual el déficit primario estipulado para este año a fin de "ratificar el rumbo de la política fiscal" y "generar un ahorro sobre las finanzas públicas de 3.200 millones de dólares", anunció el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.