"Ciertas señales macroeconómicas se sumaron a algunas noticias en las últimas semanas que generaron ruido y provocaron que muchos inversores extranjeros decidieran retirar sus activos", puso en contexto Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultores.
De entrada, la nación sudamericana ha generado dudas sobre el modo en que podrá pagar la deuda externa, teniendo en cuenta que Argentina está financiando actualmente su déficit externo con más endeudamiento, señaló el analista.
El ministro de Finanzas, Luis Caputo, agregó que Argentina no tomará más deuda en lo que resta del año, después de que el endeudamiento público bruto aumentara en 2017 en 45.488 millones de dólares, un 16,5% más que en 2016, y alcanzara el 56,6% del PIB hasta llegar a los 320.934 millones de dólares.
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Al mismo tiempo, y antes de la apertura de los mercados, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) subió por tercera vez en ocho días la tasa de referencia, que en esta ocasión pasó del 33,25% al 40% anual, y redujo del 30% al 10% el tope de activos en moneda extranjera que deben tener los bancos.
Decisiones precipitadas
Esa depreciación comenzó a tomar velocidad en la última semana, en coincidencia con la decisión del Gobierno "de cobrar a los extranjeros un impuesto a la tenencia de Lebac (letras del Banco Central), un instrumento de deuda en el que muchos fondos del exterior estaban invirtiendo", contextualizó Alfie.
El mercado también estaba atento a las "tensiones entre el BCRA y la jefatura de gabinete (conducida por la mano derecha del presidente, Marcos Peña), sobre cómo llevar adelante la política monetaria", explicó Alfie.
Si bien esas diferencias comenzaron hace algunos meses, en las últimas semanas se generó mayor inquietud ante las discrepancias "de cómo el Banco Central enfrentaba la inflación y la política en general", recordó el economista.
Los inversores han sido hasta ahora el sostén de la política económica del Ejecutivo, "por eso esta semana se produjo tanto desconcierto cuando fondos de inversión comenzaron a retirarse de la plaza local", esgrimió el analista.
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El Banco Central sacrificó entonces 5.300 millones de dólares en reservas entre el pasado viernes y el jueves, lo que no frenó la escalada del dólar.
Desde que comenzó a intervenir en el mercado para contener el tipo de cambio el pasado 5 de marzo, la entidad se desprendió del 12,5% de sus reservas, equivalentes a 7.725 millones de dólares.
La reacción de la autoridad monetaria "no fue la más acertada, porque mientras el dólar se está fortaleciendo en todo el mundo, el BC trató de frenar esto vendiendo reservas sin conseguirlo, lo que lo mostró débil frente al mercado", afirmó Alfie.
Coincidió en este análisis el economista Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
Ello influyó a que a la salida de los grandes operadores, "se les sumen pequeños y medianos ahorristas nacionales", agregó Asiain.
Las decisiones adoptadas este viernes por el Gobierno permitieron que el dólar se desinfle hasta cotizarse por encima de los 22 pesos para la venta.
Preocupaciones
Un factor inquietante que influye en la inestabilidad económica de Argentina es la inflación, que fue del 24,8% en 2017 y llegó al 6,7% en el primer trimestre del año, según datos oficiales.
Pero lo que más preocupa en exterior, a juicio de Alfie, es el déficit de cuenta corriente, también conocido como déficit externo, que muestra la diferencia entre los dólares que entran y salen del país, y que llegó al 4,8% del PIB el año pasado.
"Empezó a verse como un problema la sustentabilidad externa que tiene la economía, ya que Argentina ha entrado varias veces en crisis por la balanza de pagos", retomó el economista jefe de Radar Consultores.
Al mismo tiempo, la actividad económica creció un 2,9% en 2017, "pero el problema no es en sí este crecimiento sino su sustentabilidad y las dudas que generan los problemas financieros", concluyó el experto.
Estructura frágil
La economía argentina se basa en un "esquema especulativo muy frágil que liberó los movimientos de capitales, eliminó la restricción de un tiempo límite de permanencia de esos ingresos, y que paga una alta tasa de interés de las Lebac", consideró por su parte el director de CESO.
Así "entraron casi 14.000 millones de dólares en los dos años y medio que lleva de Gobierno de Macri, pero al no controlar la inflación, esas inversiones son de alto riesgo, lo que llevó a que operadores internacionales se fueran de Argentina, que es lo que pasó desde diciembre pero con mayor fuerza en las últimas semanas", contextualizó.
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Junto a la decisión de EEUU de subir su tasa de interés, lo que devaluó algunas monedas de la región, se sumaron en el último tiempo las decisiones del Gobierno de subir las tarifas de los servicios públicos y de implementar una reforma impositiva mínima a tenedores extranjeros de las Lebac, "lo que pudo ser el detonante puntual de una corrida que se iba a dar por un causa o por otra".
Cuando jugadores grandes comienzan a retirarse del mercado local, "genera un corrimiento importante", enfatizó Asiain.
Ganadores y perdedores
A la espera de analizar el impacto que tendrás las últimas medidas del Ejecutivo, el economista realizó un balance de quiénes ganaron y perdieron con los sobresaltos económicos que vivió Argentina en la última semana.
La población en general es la gran perjudicada, en cambio, porque el aumento del dólar impacta siempre en los precios.
Aunque aumentaron recientemente, las tarifas y los combustibles pueden sufrir un nuevo incremento, y en general, todos los rubros que se importan.
"Cuando en Argentina sube el dólar sube todo menos los salarios, lo que provoca una transferencia de ingresos, una caída del consumo y una retracción económica en el mercado interno", finalizó Asiain.
Aunque impulsó la recuperación económica el año pasado, para cumplir con la nueva meta fiscal del 2,7% del PIB el Gobierno reducirá en 30.000 millones de pesos (1.363 millones de dólares) la inversión en infraestructura, la mitad de lo que tenía previsto destinar.