En 1973 nació la DEA (por sus siglas en inglés), y con ella la intención de "hacer cumplir las leyes y reglamentos" nacionales en materia de drogas ilícitas y enjuiciar a las organizaciones y sus principales miembros "que participen en su cultivo, fabricación o distribución […] que surjan en el tráfico ilícito o estén destinadas a tal tráfico" en Estados Unidos, se lee en su página web.
En Latinoamérica la DEA tiene representación en países con actitudes muy disímiles. Mientras que algunos la acusan de entrometerse en asuntos políticos nacionales o directamente de coordinar las acciones de los narcotraficantes, como es el caso de Bolivia y Venezuela, hay otros que cada vez más estrechan lazos con la agencia, como Colombia y Argentina.
#DYK more than 90% of the #cocaine in the US originates in #Colombia, and the amount available/seized is increasing? More information in the 2017 National Drug Threat Assessment: https://t.co/af6Hc2DU4K pic.twitter.com/p0VWmdjDl4
— DEA HQ (@DEAHQ) 16 de marzo de 2018
El caso colombiano es complejo. El exguerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Seuxis Hernández Solarte (más conocido como Jesús Santrich) fue uno de los negociadores del proceso de paz y es dirigente del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que formaron los miembros de las FARC tras el acuerdo firmado con el Gobierno de Juan Manuel Santos.
Según la orden de allanamiento y registro a la que accedió Semana, la solicitud de arresto fue realizada en el marco de una investigación "que se adelanta por parte de una corte del Distrito Sur de Nueva York en contra de una organización criminal relacionada a negocios de narcotráfico" hacia los Estados Unidos.
Sin embargo, el Acuerdo de Paz firmado establece que las órdenes de captura y las solicitudes de extradición de Estados Unidos quedan suspendidas aunque la cooperación con el país del norte se mantenga intacta.
Santrich podría ser el primer exguerrillero extraditado a Estados Unidos, tensando aún más las relaciones entre las FARC y el gobierno colombiano.
El caso argentino dista de ser tan conflictivo. Según El País, desde que Mauricio Macri asumió como presidente de Argentina en diciembre de 2015, no tardó en recomponer el vínculo que se había reducido al mínimo durante el kirchnerismo. La tensa relación entre los gobiernos produjo el cierre del programa de entrenamiento de efectivos argentinos en Estados Unidos; pero Macri ha reiterado su intención de avanzar en una agenda bilateral con el país del norte que también incluya la cooperación antidrogas.
.@DEAHQ Chief Patterson welcomed Argentina's Minister of Security, Patricia Bullrich, to Washington D.C. for talks on both countries' fight against illicit drug trafficking. pic.twitter.com/jALidBQhkv
— DEA HQ (@DEAHQ) 10 de febrero de 2018
Sin embargo, no todos los países latinoamericanos han tenido la misma tesitura y han criticado su presencia llegando a cerrar las embajadas estadounidenses y echado a representantes de la DEA.
Según el portal web América Latina en Movimiento, de la Agencia Latinoamericana de Información —ALAI, mientras la DEA estuvo en Bolivia "las zonas cocaleras eran severamente controladas, los campesinos reprimidos, sus pocas posesiones secuestradas con y sin motivo, pero las incautaciones eran verdaderamente raras". Tras su salida Morales anunció que los organismos policiales multiplicaron la cantidad de droga y narcotraficantes capturados.
Más información: Bolivia instalará primer radar para mejorar la lucha contra las drogas
En 2015 el gobierno de Nicolás Maduro aseguró que las autoridades policiales han logrado decomisar un promedio de 55,7 toneladas al año, lo que representa un aumento del 60% de eficiencia en comparación con el momento de las operaciones de la DEA en ese país hasta 2005, según publicó la Agencia Venezolana de Noticias.
Representación de la DEA en la región
En el Cono Sur, donde hay países productores de hoja de coca y otros de "tránsito" de drogas provenientes de Colombia y Perú hacia mercados en Estados Unidos y Europa, la DEA tiene representación en Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Perú y Uruguay.
En la región Andina la agencia señala a Colombia, Ecuador y Venezuela como los países responsables de la heroína y del clorhidrato de cocaína, la pasta base de cocaína y su distribución alrededor del mundo en contenedores marítimos, barcos pesqueros y buques rápidos a través de México y América Central.
Also interesting: in July DEA reported only 6-7% of US-bound cocaine transits Caribbean east of Central America.https://t.co/OvyEHp0Fak pic.twitter.com/xvV2kyOXOG
— Adam Isacson (@adam_wola) 13 de septiembre de 2017
En América Central no se produce, pero se almacena cocaína, marihuana, metanfetamina y heroína para ser transportada a México y Estados Unidos. Allí la DEA está en México, Guatemala, Belize, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Según se lee en la página web de la agencia, la zona del Caribe es una de las más complicadas para desarrollar su labor; conviven múltiples lenguas, y al ser islas se convierten en países "extremadamente vulnerables" para el tráfico de drogas. Históricamente, una cantidad significativa de cocaína con destino a Estados Unidos se trafica por allí.
La DEA está en Barbados, Puerto Rico, las Antillas Neerlandesas, República Dominicana, Haití, Jamaica, Guyana, Bahamas, y Trinidad y Tobago.