"Cuando uno habla de narcotráfico en América Latina tiene que pensar en una nube oscura que se va moviendo por la región según la conveniencia: de la ruta de droga, porque se puede haber liberado una hacia Europa, o de si un país está militarizado o no. Digamos que desde siempre el narcotráfico se desplaza en el continente según le convenga", disparó el licenciado en geopolítica Damián Jacubovich.
Sin embargo, los resultados de estas políticas en los propios países que las aplican, más la consecuencias que dejaron para sus vecinos, permiten concluir que no es un arma eficaz.
"La opción militar a nivel nacional o de una ciudad, puede ser 'buena', porque lo que va pasar es que el narcotráfico se va a desplazar. Las experiencias de México y Colombia lo que nos han demostrado es que la militarización de un país lo único que genera ademas de muerte y violencia es que le problema se desplace", afirmó el experto.
Y para reforzar esta afirmación mencionó el caso de Afganistán, que hasta 2003, cuando se produjo "la fuerte militarización de Occidente" manejaba 75% del tráfico de heroína que alcanza, hasta la actualidad, un volumen de entre 2.000 y 2.500 toneladas anuales.
"Salvando las distancias Afganistán era a la heroína, lo que Colombia a la cocaína. Tras 10 años de militarización se hizo un estudio y se vio que se redujo a 25%, pero el tráfico se corrió a Kirguistán y Kazajistán porque el único problema es por dónde. Mientras haya demanda, habrá tráfico", concluyó Jacubovich.