"Tras gastar 16 años y miles de millones de dólares, la Marina de EEUU parece haber reconocido que el programa de buques costeros de combate LCS se ve como un fracaso total", declara el columnista Jared Keller.
Más que eso, el periodista indica que las nuevas corbetas no son nada aptas para las operaciones militares. Fue ya en 2014 cuando EEUU se vio obligado a reducir el pedido para su producción por no estar seguro de su eficacia.
Según la información de la Universidad Naval de EEUU, en 2018 los marines estadounidenses no son capaces de desplegar ningún buque de combate litoral.
Entre los desperfectos principales de los buques Task and Purpose menciona la deficiencia del equipamiento de combate, las capacidades insuficientes de defensa contra misiles y la falta de un sistema de defensa capaz de reducir el daño en el caso de que la nave reciba un golpe intenso.
"Ninguna de las modificaciones de LCS aguantará un combate reñido", destaca el columnista.
Anteriormente el Departamento de Defensa de Estados Unidos reconoció que los buques de combate litoral mostraron malos resultados durante los ensayos y resultaron tener numerosos desperfectos.
Temas relacionados: Cómo el impaciente Pentágono malgasta miles de millones en armas con defectos