Según el medio, el programa para la construcción de los ha conseguido muy pocos resultados y ha acumulado un alto coste y diversos fallos mecánicos. El 1 de julio de 2017, Estados Unidos publicó una solicitud de información (RFI, por sus siglas en inglés) para la recepción de propuestas de una nueva fragata de misiles guiados que podría ser la sucesora de los LCS.
La justificación para lanzar un nuevo programa en lugar de simplemente actualizar la flota existente de LCS, según National Interest, es un gravísimo fallo de estas embarcaciones, y es que no poseen mecanismos de defensa aérea. Las nuevas fragatas, por su parte, serán capaces de realizar "operaciones integradas con buques destructores y cruceros, así como operaciones independientes, que contribuyan a la red táctica de la flota".
De acuerdo con el documento, las propuestas deben incluir planes para la producción de 20 embarcaciones, lo que llenaría el hueco dejado cuando el Pentágono decidió, en 2014, reducir el número de buques de combate litoral encomendados a Lockheed Martin de 55 a 32.