"Los terroristas de Yeish al Islam están a punto de ser destruidos y por ello vuelven a recurrir a su arma informativa: falsifican un ataque con armas químicas en un intento inexitoso de detener el avance del Ejército sirio", dijo.
"Las obras teatrales no surtieron efecto en Alepo ni en los suburbios de Guta Oriental y tampoco ayudarán a los terroristas y sus patrocinadores ahora, el Gobierno sirio está decidido a acabar con los terroristas", destacó.
El 4 de abril pasado el presidente ruso, Vladímir Putin, informó que Moscú dispone de pruebas irrefutables de que los grupos armados estaban preparando provocaciones en Siria con el uso de sustancias tóxicas.
La noche del viernes 6, los terroristas asentados en Duma violaron los acuerdos pactados con el Ejército sirio con la mediación de Rusia y atacaron un corredor humanitario así como las afueras y el centro de Damasco.
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Duma sigue siendo el último bastión de los terroristas en Guta Oriental.
Anteriormente, en virtud de los acuerdos alcanzados con los radicales de esa localidad fueron evacuados todos los combatientes del grupo Faylaq al Rahman y sus familiares así como varios grupos de miembros del Yeish al Islam.
El 6 de abril, según el Servicio de Seguridad sirio, todo estaba listo para llegar a un acuerdo final con los radicales, sin embargo, al abrir fuego contra Damasco, Yeish al Islam torpedeó la tregua y las negociaciones y obligó al Ejército sirio a lanzar una operación terrestre para eliminar a los terroristas y liberar a los civiles presos.
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Entonces EEUU reaccionó sin investigar lo ocurrido, y la investigación realizada más tarde por la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), según Moscú y Damasco, no presentó pruebas irrefutables de la culpa del Gobierno sirio.
Tanto Damasco como Moscú insistieron en que fue un montaje que EEUU aprovechó para atacar la base siria de importancia estratégica, señalando que el bombardeo norteamericano coincidió con la ofensiva de los terroristas contra las tropas gubernamentales.