La ausencia de comprensión entre ambas partes alcanzó una dimensión que no se había observado desde hace mucho tiempo. Parece que, casi medio siglo después de la Guerra Fría, Europa necesita una nueva interpretación de su doctrina de política exterior, opina el autor del artículo.
El aislamiento de Rusia no solucionará el problema
Siebenhaar opina que es imposible seguir con la política de aislamiento de Rusia. En vez de eso, Europa tiene que apostar por cambiar sus relaciones con Moscú y empezar a realizar los primeros cambios en el ámbito comercial.
"Esta es la razón por la que el proyecto de construcción del gasoducto Nord Stream 2 no es solo un importante proyecto energético (…) sino un elemento vinculante que beneficiará tanto al Oeste como al Este", escribe el autor del artículo.
Tras la construcción de este gasoducto, Rusia obtendrá una importante ruta para sus suministros de gas a Europa Central.
Durante muchos años, Ucrania ha desempeñado un papel importante en el llamado 'cuello de botella' que abastece a la UE con gas ruso. De acuerdo con el periodista, con la construcción del Nord Stream 2 Ucrania perderá 2.000 millones de euros al año, cifra que recibía por el tránsito de gas a Europa.
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Esta es la razón por la que el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, ha criticado en repetidas ocasiones a los partidarios del proyecto desarrollado por Gazprom en Europa y los ha tildado de cómplices de las 'guerras híbridas' de Rusia, considera Siebenhaar.
Además, el autor del artículo recuerda un error histórico que la UE cometió en pasado: tras el levantamiento del telón de hierro, el bloque europeo no emprendió ni un solo intento para estrechar aún más sus relaciones con Rusia.
La vuelta que el presidente Vladímir Putin ha dado en dirección a países como Turquía o Irán evidencia que Rusia puede encontrar nuevos amigos fuera de la UE que gocen de un peso considerable en el ámbito energético.
"La UE tiene que acabar urgentemente con su propia histeria, causada por el envenenamiento de los Skripal y las precipitadas consecuencias diplomáticas. Los ánimos antirrusos en Polonia y los países bálticos no tienen que impedirlo", escribe Siebenhaar.
De acuerdo con el periodista, es posible alcanzar la estabilidad en Europa solo junto a Rusia y no sin ella. A este respecto, el autor del artículo recuerda la frase pronunciada por el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstei: "No se puede querer alcanzar algo sin hacer nada para eso". Por eso la construcción del gasoducto Nord Stream 2 es un proyecto de todo el continente, el cual no pueden rechazar.