El 31 de enero Alemania concedió el permiso para empezar la construcción del gasoducto Nord Stream 2 en sus aguas territoriales. Berlín también autorizó el inicio de la construcción del tramo de 55 kilómetros que atravesará la parte terrestre situada en el municipio de Lubmin.
La periodista Olga Samofálova analizó en un artículo para el diario Vzglyad los posibles obstáculos con que el gigante ruso Gazprom podría toparse en el actual momento de la implementación del proyecto.
En segundo lugar, la empresa rusa debe recibir permisos similares en Finlandia, Suecia, Dinamarca y la propia Rusia. Gazprom planea tenerlos en su haber durante el primer trimestre de 2018, para que las obras de construcción puedan terminar a finales de 2019.
El riesgo de que uno de estos países se niegue a otorgar el permiso existe solo en Dinamarca, escribe Olga Samofálova. El Nord Stream 2 tiene que recorrer una distancia de 139 kilómetros por las aguas territoriales y la zona económica exclusiva de Dinamarca, cerca de la isla de Bornholm. La solicitud de que se conceda el permiso, así como el informe sobre el efecto que la implementación del proyecto podría causar en el medio ambiente, fueron entregados a la Agencia de Energía de Dinamarca.
"Dicho ente tiene la posibilidad de rechazar la implementación del proyecto por razones de seguridad, argumentando que la construcción del Nord Stream 2 contradice los intereses de su política exterior. Y los políticos daneses no están a favor del proyecto ruso", escribe la autora del artículo.
"A la operadora del proyecto no le pueden decir que no por razones medioambientales, ya que el procedimiento, en cuyo transcurso se evaluaron los efectos del proyecto en el medio ambiente, ya ha sido ejecutado y ha satisfecho a todo el mundo", enfatiza la periodista.
Concretamente solicitaron a la operadora que presente un plan para el posible desmantelamiento del gasoducto del fondo marino. El proyecto Nord Stream 2 no disponía de este plan dado que el desmantelamiento del gasoducto podría plantearse solo tras la expiración de su fecha de caducidad.
"Con la legislación vigente, los citados permisos tienen que ser otorgados salvo en caso de que se hagan injerencias a nivel político", enfatizó Grivách, citado por la periodista.
El último problema es puramente político, pero no por ello menos importante. Según Samofálova, esta 'piedra' en el camino del Nord Stream 2 está relacionada con los intentos de la Comisión Europea para hacer encajar la implementación del proyecto con la legislación de la UE.
"Hoy en día el Nord Stream 2 queda fuera de la vigencia de las normas del Tercer paquete energético, dado que no atraviesa el territorio de la UE. En caso de que la Comisión Europea insista en la aplicación de sus enmiendas [sobre el gasoducto], Gazprom no podrá ser la única propietaria del Nord Stream 2. Por si fuera poco, el gasoducto también tendrá que transportar gas de compañías independientes [de Gazprom]. Al tener en cuenta las enormes inversiones que se han hecho en el proyecto, la obligación de entregarlo a otras manos no gustará a Rusia", escribe la periodista.
"Este problema puede conducir a largos litigios judiciales. Nuestros adversarios aprovecharán esta posibilidad ya que buscan como mínimo frenar el proyecto o incluso cancelarlo", opinó Alexéi Grivách.