"Tener a un candidato [a las elecciones presidenciales de octubre] condenado, pero que lidera las encuestas es un factor muy grave para el cocktail [de violencia]; tengo la impresión de que mancha la imagen de Brasil a corto plazo", dijo el 3 de abril uno de los jueces del Supremo, Gilmar Mendes, durante un simposio en Lisboa, según recoge el diario local Estado de Sao Paulo.
Mendes también vaticinó que sea cual sea la decisión de los jueces este miércoles día 4 habrá malestar social debido a que "en un primer momento habrá incomprensión; un lado dirá que estuvo bien hecho y que la decisión fue correcta, y el otro que fue incorrecta y generará críticas".
Por su parte, la presidenta del Supremo, la jueza Carmen Lúcia Antunes, también se pronunció el 3 de abril sobre el momento decisivo que atraviesa la Justicia brasileña por tener que decidir el futuro del líder izquierdista.
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Al abrir la sesión del Consejo Nacional de Justicia Antunes pidió que las instituciones sean fuertes y atiendan el reclamo de la sociedad en un momento "que tal vez sea el más difícil, el más turbulento".
Asimismo, la procuradora general de la República, Raquel Dodge, resaltó que la presunción de inocencia es importante en todos los países, pero que en Brasil se da la "exageración" de tener que esperar el análisis de cuatro instancias judiciales antes de que un condenado pueda entrar en prisión.
"Esta exageración aniquila el sistema de Justicia precisamente porque una Justicia que tarda es una Justicia que falla", apuntó.
Además de estos pronunciamientos públicos, distintos grupos de abogados presentaron miles de firmas ante el Supremo, tanto para pedir la condena definitiva del expresidente como para exigir que pueda seguir en libertad mientras recurre.
El 2 de abril, Dallagnol, que es evangélico praticante, aseguró a través de su cuenta de la red social Twitter que pasará la jornada del 4 de abril "haciendo ayuno" y orando para que el Supremo permita que Lula entre en prisión.
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El líder del Partido de los Trabajadores (PT) fue condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de cárcel por presuntos delitos de corrupción y blanqueo de dinero.
Lula, que niega todas las acusaciones y se considera víctima de una persecución mediática y judicial, lidera todas las encuestas de opinión de cara a las elecciones de octubre, aunque es probable que no pueda participar.
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Si el 4 de abril el Supremo rechaza el habeas corpus, Lula podría entrar en prisión esta misma semana; si lo acepta el expresidente podrá seguir en libertad mientras sus abogados recurren en las dos instancias que le quedan; el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo Federal.