"Van a tomar la decisión, estoy preparado para estar preso; es una decisión de ellos", dice el expresidente en una entrevista ofrecida a varios periodistas que forma el núcleo del libro, del que el portal UOL ofreció un avance el martes 13.
"Lo estoy (preparado); lo que no estoy preparado es para la resistencia armada, ya no tengo edad, como soy un demócrata no aprendí ni a disparar, así que eso está descartado", ironizó.
El exmandatario también descartó tajantemente salir de Brasil y pedir asilo en alguna embajada extranjera, una opción con la que se había especulado desde la prensa local.
"La palabra huir no existe en mi diccionario; estaré en mi cada, llegando entre las ocho y las nueve de la noche, acostándome a las diez, despertándome a las cinco de la mañana para hacer gimnasia", apuntó.
También remarcó que no se conformaría con la opción de mantenerse en libertad pero verse impedido de participar en las elecciones, porque es una cuestión "de orgullo y de honor personal, de comportamiento de vida".
Para quedar preso falta que el tribunal que lo condenó, el Tribunal Federal de la 4ª Región (TRF-4), responda a un recurso de sus abogados, lo que podría suceder en las próximas semanas.
La defensa de Lula presentó un recurso de habeas corpus ante instancias superiores, como el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y el Tribunal Supremo Federal (TSF), pero de momento las respuestas no fueron favorables.
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El TSJ estimó que basta una condena en segunda instancia (la que ya tiene Lula) para que pueda ser preso, mientras que el Supremo aún no se ha pronunciado.
A pesar de que su entrada en prisión es una hipótesis cada vez más cercana el expresidente Lula sigue líder en las encuestas de opinión de las elecciones de octubre y su partido asegura que no tiene un recambio, porque unas elecciones sin su participación serían un fraude.