Procedente de Contla de Juan Cuamatzi, en Tlaxcala, y con poco menos de 30 años ganó el galardón presidencial en la categoría de Innovación en el Concurso Gran Premio Nacional de Arte Popular 2018, su mayor inspiración, dice a Notimex, fue su papá.
Eliseo recuerda su infancia entre los sonidos de la madera de los telares al chocar, ayudando en lo que podía enredaba las hebras de lana, "allá se le conoce como hacer molotes", comenta; además, tejía sin parar, lo que en su tierra se le conoce como "hacer canillas".
De su padre tomó los deseos de salir adelante y la manera de entrelazar cada hilo, ello, además de la innovación y ganas por hacer nuevos diseños y presentarlos en concursos para así dar a conocer el trabajo que sale de las entrañas de la comunidad a la que Eliseo pertenece; él, sigue los pasos de su padre.
"Yo vengo de herencia, de herencia de mi padre, él siempre se ha dedicado al textil, de ahí me motivó a seguir, yo cuando tenía 12 años me decía: ‘necesitas saber un oficio para que te puedas ayudar en la vida, si no puedes en la escuela pues sabes qué hacer'".
Para el rebozo con el que ganó la distinción presidencial este año requirió de al menos siete meses de trabajo con jornadas de 10 a 14 horas diarias en el telar, para ese trabajo empleó la técnica de labrado y para pasar cada hilo (hacer las canillas) de extremo a extremo requería una hora.
En un día cotidiano, el joven trabaja en el taller de su familia; ahí laboran a todo pedal siete telares de diferentes tamaños y ya los sobrinos más pequeños se pasean interesados entre los hilos de colores.
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Con la llegada del premio, comenta entusiasmado, también llegó la motivación no solo para poner en alto el nombre de su comunidad, sino para desentrañar más secretos a los telares y transmitir lo que sabe a las nuevas generaciones.
Una vez secas las madejas de lana se hacen las urdimbres y luego ya vienen los tramados, que son lo que les da vida a las figuras plasmadas en las piezas, para Eliseo, el trabajo que desempeña requiere de mucha paciencia y buen ojo, por lo que considera que aún cuando se piense lo contrario el trabajo artesanal no es caro.
"En el país de hecho está mal pagado nuestro producto, si haces cuentas en lo que vienen saliendo los insumos y la mano de obra que le dedicamos al día la pieza viene siendo muy barato".
"Que no se pierda nuestra tradición, toda esa herencia cultural que nosotros tenemos en el tejido, que nosotros plasmamos con nuestras manos, el amor, nuestro corazón que dejamos en cada pieza".