El pasado año, la demanda global de energía aumentó un 2,1%, más del doble en relación con la tasa del año anterior, debido a un fuerte crecimiento de la economía mundial, señala la AIE que presentó hoy su nuevo informe sobre la situación global de la energía y el dióxido de carbono en 2017.
"La creciente demanda mundial de energía se cubrió en más del 70% con petróleo, gas natural y carbón, representando casi todo el resto las energías renovables", dice la nota de prensa que señala que las mejoras en la eficiencia energética "se desaceleraron el año pasado".
Sin embargo, las emisiones de carbono, que alcanzaron un máximo histórico de 32,5 gigatoneladas en 2017, no se incrementaron en todas partes.
Mientras que la mayoría de las "principales economías observaron un alza, otras como Estados Unidos, el Reino Unido, México y Japón, registraron una bajada", la mayor caída de emisiones, "impulsada por un despliegue más amplio de energías renovables, fue en EEUU", consta en el documento.
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"Ha habido una desaceleración dramática en la tasa de mejora de la eficiencia energética mundial, ya que los responsables de la política han puesto menos énfasis en esta área", subrayó Birol.