El estudio, publicado en la revista Environment International, se basa en el análisis de 255 recién nacidos de Tongliang, localidad china en la que funcionó hasta 2004 una planta de carbón.
Los extremos de los cromosomas, denominados telómeros, son regiones de ADN cuya función principal es estabilizar la división celular y a los cromosomas presentes en las células. Se sabe que están relacionados con el desarrollo de enfermedades cancerosas y cardiovasculares.
Los telómeros de aquellos niños que nacieron antes de que la planta de carbón fuese clausurada resultaron ser inusualmente cortos en comparación con los que nacieron tras su cierre.
El estudio fue dirigido por los científicos Deliang Tang y Frederica Perera, del Instituto de Salud Pública de la Universidad de Columbia. Por su parte, Perera destacó que los resultados del estudio son una "evidencia de que clausurar plantas de carbón es bueno para la salud y para el futuro de quienes nazcan cerca de ella". Asimismo, señaló que reducir la contaminación del aire "es beneficioso para la salud de los niños, así como para todos a largo plazo".
El Gobierno chino se vio obligado por los altos niveles de contaminación de la localidad a clausurar la planta de carbón de Tongliang en mayo de 2004.