Criticado por las alas más progresistas de los países firmantes, por el desmedido poder adjudicado a las empresas transnacionales, el TPP ocupó las primeras planas de los principales tabloides económicos. La unión de los doce países interesados representaba el 40% del PBI mundial y prometía convertirse en el mayor acuerdo de los últimos 20 años.
Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, decidieron que aún sin la presencia del más atractivo de los socios, la existencia del acuerdo mantenía vigencia, a pesar de que su representación en la economía mundial bajó a un 13% del producto global.
Uno de los embanderados del proyecto fue Chile. Según dijo a Sputnik el docente peruano Alan Fairlie, profesor principal del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Perú y parlamentario andino, fue esta unas de las naciones "clave" en el proceso. El académico se refirió además a la expectativa en torno a una eventual participación de Estados Unidos en el acuerdo en el futuro.
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"Se espera que en algún momento vuelva EEUU, porque varios de los capítulos no han sido eliminados. Solo han quedado un poco suspendidos. Hoy el único espacio donde coexisten [los firmantes del TPP 11 con EEUU] es en el foro de cooperación Apec, que tiene como meta una zona de libre comercio. Sin embargo, no se han asumido compromisos firmes y se ha dejado más lugar a las dinámicas bilaterales que se puedan impulsar", concluyó.