El lunes 5 de febrero Emanuel iniciaría la jornada más extrema y extensa de su vida como cadete en la Escuela de Policía de la provincia argentina de La Rioja. Había hecho una pausa en sus estudios como profesor para entrenarse como aspirante sin imaginar que esta decisión le costaría la vida.
"Al mediodía, sólo tuvieron media hora para almorzar y descansar. Emanuel debía caminar diez minutos hasta la casa, por tanto su descanso se vio limitado a la alimentación", recuerda.
"Emanuel volvió a su segundo turno de entrenamiento y no supimos más de él hasta la noche, cuando recibimos una llamada de urgencia del hospital Enrique Vera Barros donde nos informaron que el cadete Garay estaba en coma, con un estado gravísimo, junto 17 aspirantes de la academia", continúa su relato Adrián.
Al llegar al hospital, la familia se enteró que siete de los cadetes internados estaban en terapia intensiva y que Emanuel tenía el cuadro más crítico. En la espera, Adrián comenzó a indagar entre el resto de los cadetes qué había ocurrido para que su hermano terminara tan grave.
Cuando Emanuel cayó al suelo, uno de los instructores ordenó al resto de los cadetes que lo hicieran a un lado y gritó: "Si se tiene que morir que se muera", contó Adrián. Emanuel permaneció tirado al sol por más de media hora sin recibir primeros auxilios ni atención médica, le tiraron un balde de agua, pero no se reanimó.
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Uno de los compañeros advirtió que Emanuel comenzó a convulsionar y desató la alarma, pero esto fue sólo el preámbulo del estado de coma con el que ingresaría al hospital. El cuadro médico era deshidratación aguda severa, tenía falla multiorgánica, deficiencia renal y sólo un 10% de probabilidades de sobrevivir, reveló Adrián con voz pausada.
"Ningún ejercicio termina en muerte", reflexionó el hermano del cadete, y agregó que los demás compañeros le comentaron que se les negó agua y que muchos corrieron a los inodoros para hidratarse ya que solo había "una pileta con agua podrida. Pero esto les permitió salvar sus vidas", señaló. Para entonces, Emanuel ya estaba en coma.
La noticia impactó en la opinión pública argentina y en los principales medios de difusión que transmitieron el hecho como una tragedia nacional.
Tras la muerte de Emanuel, la fiscalía provincial modificó la carátula de la causa abierta contra instructores y oficiales de la academia de La Rioja, de "lesiones graves" a "homicidio simple".
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En declaraciones a la prensa, los jefes de la policía le echaron la culpa a las altas temperaturas y al sol, pero para el hermano de Emanuel, esto solo busca desresponsabilizar a los instructores y a las fuerzas de seguridad.
"Por eso como familia convocamos a una marcha para este 14 de febrero en la plaza principal de la ciudad de La Rioja para exigir justicia. Nos vemos obligados a salir a las calles para que esto no quede impune, porque sabemos que se trata de una fuerza de seguridad a la que no le cuesta mucho ocultar las pruebas", explicó.
"Nosotros vamos a exigir que se cambien los planes de estudio en la Escuela ya que consideramos que son inhumanos, y esperamos que lo ocurrido no se repita más en ninguna de las escuelas de oficiales del país", concluyó el hermano.
El caso de Emmanuel, para que su muerte no sea en vano
El resto de los cadetes que terminaron internados junto a Emmanuel se han recuperado favorablemente. Ya todos los de terapia pasaron a sala común y según los informes de laboratorio todos han recuperado los valores normales, informó a Sputnik Delfor Brizuela, secretario de Derechos Humanos de La Rioja.
"Esta situación extrema fue denunciada en otras ocasiones, pero ningún caso revestía esta gravedad ni esta sobreexigencia", comentó Brizuela.
El funcionario de Derechos Humanos aseguró que su institución ha acompañado las denuncias de las víctimas, y que la violencia policial revela "una falla muy grande que colisiona con los criterios legales y los estándares de derechos fundamentales".
Revelan chats entre los compañeros del cadete muerto tras un brutal entrenamiento https://t.co/0ZqPQyv0WS pic.twitter.com/rlvMdQEcsC
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Por otro lado, comentó que las fuerzas de seguridad, tanto nacionales como de cada una de las provincias carecen de valores democráticos y "se han acostumbrado, hasta con cierta licencia por parte de la sociedad, a ser humillantes y violentas".
Brizuela acompañó las denuncias junto a las familias en la Fiscalía para que rápidamente se pueda iniciar el proceso penal. Por su parte, el gobernador Jorge Casas ordenó el desplazamiento de las autoridades de la Escuela y el arresto administrativo, para promover la acción penal. Brizuela informó a Sputnik que también se ordenó cerrar el curso y el ingreso a la escuela policial.