Así, en el estado de Colorado (EEUU) en 2016 registraron 12 casos de infección por una peligrosa batería Campylobacter jejuni, según recuerda el medio ArsTechnica.
Los investigadores indican que la leche no pasteurizada provocó un brote infeccioso en el año 2015. La cantidad de los afectados aumentó cuatro veces comparándola con las estadísticas epidemiológicas de 1993.
Las personas que consumían leche fresca resultaron estar 150 veces más expuestas al peligro de ser infectadas por el Campylobacter jejuni.
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Dicha bacteria dañina puede provocar fiebre, calambres intestinales, vómitos y diarrea. Las bacterias de la especie son invulnerables ante la tetraciclina, el ácido nalidíxico y la ciprofloxacina, según subrayan los médicos.